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La revista 'Hara Kiri' y El "marqués de Serafín"

ARAGÓN CULTURA /
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Tras la llegada de la contracultura a España, la atmósfera de absoluta libertad que se respiraba en España dio paso en los años ochenta a uno de los momentos de mayor revolución creativa.  

Los artistas se lanzaron a la creación sin límites. Por un lado, los herederos de la contracultura estadounidense de los sesenta y la punk británica de los setenta, que realizaban fanzines y todo tipo de happenings. Por otro, y muchas veces mezclada, fructificó la versión comercial de la ausencia de censura: el aprovechamiento económico de las ansias de descerrajar las ataduras morales (destape).

Una corriente que también llegó al mundo del cómic y del humor gráfico. Las empresas editoras lanzaron tomos en los que se traducían historietas para adultos del mercado extranjero (Milo Manara, Robert Crumb), impulsando de forma paralela la creación de revistas con participación de autores españoles.

Las revistas satíricas y eróticas

En 1973 apareció la revista satírica El Papus, con un espíritu rompedor, de crítica política al régimen franquista e incorporando temáticas que habían sido eliminadas de la cultura popular oficial, como el erotismo. El éxito de la iniciativa llevó a los editores a ampliar el abanico de publicaciones, con otras cabeceras como El Cuervo (1977), que en 1981 pasó a centrarse exclusivamente en lo erótico.

Hara Kiri (1980-1994), con un humor bestia y sangriento, tomó su nombre y su temática de su homónima francesa (1960). Desde el principio, su orientación se centró casi exclusivamente en la sátira erótica. Entre sus colaboradores iniciales se encontraban figuras como Carlos Giménez, Manuel Vázquez o Serafín Rojo, veterano humorista gráfico que vivió allí una segunda juventud creativa.

Serafín Rojo y su trayectoria en Hara Kiri

Serafín Rojo (1926-2003) fue un dibujante humorístico madrileño que comenzó su carrera publicando historietas infantiles en Valencia. Más adelante se convirtió en colaborador de la editorial Valenciana en las revistas Jaimito y Pumby, creando en los setenta a sus personajes Tip y Coll y El marqués de Serafín. Entre 1953 y 1977, hizo célebres sus chistes de marquesas en La Codorniz, donde entró gracias a Miguel Gila.

A principios de los ochenta colaboró en Balalaika y Hara Kiri (1980-1985). En este último caso con El marqués de Serafín, protagonizando y firmando ahora como Sadefín. En estas historietas se dan cita conjunta las dos acepciones de escatología: lo teológico y lo excrementicio, además de una concepción del humor libre como mezcla de lo dantesco, lo literario y lo crítico, sin olvidar lo taurino, lo aristocrático y la pornografía, en su particular versión misógina y cruel. El universo de esta obra es extenso, siempre con el marco de una aristocracia trasnochada, arquetipo de la España eterna.  

Antonio Tausiet decidió que había que rescatar ese tesoro oculto. Consiguió reunir la colección de Hara Kiri, que incluía las historietas. Efectuó un escaneado de todas ellas, las restauró digitalmente y diseñó un volumen que las contuviese: 'Egobiografía onírica del marqués de Sadefín', con edición crítica del propio autor (2016).

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