El relato sonoro de la gran ‘vedette’ de la Transición

"Nací el 25 de febrero de 1945 en Zaragoza, en plena posguerra. Estando en la barriga de mi madre ya me di cuenta que tuve que luchar mucho para sobrevivir..." así suenan las memorias sonoras de Lita Claver (para el libro escrito habrá que esperar a septiembre) que ella misma ha interpretado. 

Era ella, la pequeña de 16 hermanos, la que llevaba el dinero a casa y en sus memorias se comprueba que su vida ha sido dura, "algo de lo que no fui consciente hasta que pasé la adolescencia y me di cuenta que no había tenido infancia. Solo 'currar, currar y currar'", confiesa la mujer que llegó a ser una de las grandes estrellas del Paralelo de Barcelona. Siendo ya más mayor , ella disfrutó mucho con Fernando Esteso y su familia recorriendo los pueblos y las fiestas con la compañía: "éramos una familia y se portaron genial conmigo, no había distinciones. Aprendí mucho de ellos y jamas podré estar tan agradecida a personas como ellas". 

En Historias de una star repasa sus inicios como vedette en Zaragoza en los sesenta hasta convertirse en una de las grandes estrellas del Paralelo, el gran eje de ocio de Barcelona durante el siglo XX, no tanto por su físico como por su capacidad para la improvisación y sus dotes para meterse al público en el bolsillo. Con su energía y valor consiguió, además, que El Molino (el teatro más emblemático del género de variedades en el Paralelo) demostrar que el género podría sobrevivir económicamente sin necesidad de que las artistas alternaran con los clientes, algo a lo que ella se negó desde su primer contrato y que consiguió que dejara de ser obligatorio para sus compañeras desde mediados de los setenta.

Confiesa que echa de menos el jaleo y el escenario pero también sabe que todo artista tiene caducidad "sobre todo, si eres del género Music hall. No se puede dar pena en un escenario, te tienen que ver con energía, que puedas llevar trajes, contar bien las bromas... ya era tiempo de retirarse". Eso llegó con 72 años después de 67 encima de los escenarios. No obstante, el cariño del público no lo ha perdido y le siguen parando por la calle "¡y eso que llevo mascarilla!" dice Lita Claver 'La Maña. / La que ustedes esperan / de baturra o de gitana, yo soy la Maña. / Y que se mueran las feas.'