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Viviendas sociales municipales como solución al alojamiento para los trabajadores del Pirineo
Los precios del alquiler en las zonas más turísticas oscilan entre los 450 y los 800 euros, para unos empleados con un sueldo medio de 1.200 euros
Vistas desde una vivienda municipal de Chía./ CARTV.Encontrar un alojamiento en las zonas más turísticas del Pirineo no es tarea fácil. El precio para un pequeño apartamento de 50 metros cuadrados, oscila entre los 450 euros en el entorno de Sabiñánigo, a los 800 euros en el valle de Tena. Unos precios difíciles de asumir para los empleados estacionales en hostelería y estaciones de esquí, cuyo salario medio ronda los 1.200 euros.
Hay hoteles que ofrecen alojamiento para poder encontrar personal, y cada vez son más los ayuntamientos que deciden construir viviendas para destinarlas al alquiler a un módico precio. Por ejemplo en Chía, donde un piso amplio, recién reformado y con vistas en pleno valle de Benasque se alquila por menos de 300 euros al mes. Sus nuevos inquilinos son Fran Rigol y su pareja, dos catalanes que van a trabajar en la zona, y para los que buscar vivienda fue toda una odisea. "Los altos precios que hay en temporada alta en Benasque o en la zona del valle repercutne mucho en la persona que viene a trabajar porque la mayoría del sueldo se le va en un alquiler", remarca Rigol.
El Ayuntamiento de Chía lleva años alquilando tres viviendas municipales como vivienda social. "Supone vida, y ves que la gente llega, normalmente son gente joven que se quieren instalar, no sé si se quedarán por el valle o no, si tienen trabajo seguro que se quedarán", asegura Enrique Barrau, alcalde de la localidad.
También en Biescas apuestan por el alquiler asequible: el ayuntamiento va a construir ocho pisos. "Hay mucha demanda no solamente en Biescas sino en todo el valle de falta de casas de alquiler para la gente que viene a trabajar para la temporada", cuenta Nuria Paragada, alcaldesa de este municipio del Alto Gállego.
Para encontrar trabajadores muchos hoteles les ofrecen también el alojamiento, como en el hotel Montealba, en Cerler: "Generalmente, buscamos personal y les decimos que les damos vivienda y manutención, entonces lo encontramos", explica Amaya Sánchez, jefa de recepción.
