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SOLIDARIDAD

Seis zaragozanos con Ilumináfrica en Chad: "Devolver la vista a alguien es reintegrarlo en la sociedad"

Realizan unas 200 intervenciones de cataratas en diez días y casi 1.000 consultas. En el país hay unos diez oftalmólogos, aunque con baja cualificación

TERESA P. ALBERO /
Voluntarios realizan pruebas y cirugías a chadienses. / Ilumináfrica
icono foto Voluntarios realizan pruebas y cirugías a chadienses. / Ilumináfrica

A casi 5.000 kilómetros de casa les ha llevado el voluntariado y las ganas de ayudar a seis zaragozanos. Son optometristas y oftalmólogos que dedican la mitad de sus vacaciones, y parte de su dinero, a viajar a Chad para operar de cataratas a los que lo necesitan y graduar la vista de aquellos con problemas. Los aragoneses forman parte de la última expedición de la fundación Ilumináfrica que desde el 26 de noviembre desarrolla su labor en el país africano. 

"Devolverle la vista a una persona es reintegrarla en la sociedad", señala José Antonio Pérez, secretario de la fundación. En las localidades de Bebedjia y Dono Manga, los especialistas realizan unas 200 intervenciones de cataratas y entre 800 y 1.000 consultas en diez días. "Nos gustaría poder hacer más, poder tratar glaucomas o trasplantes de córnea, pero no tenemos el tiempo para hacer pre y posoperatorios como exigen estas operaciones", lamenta. 

Las cataratas son un serio problema de salud entre los chadianos. La arenilla del desierto del Sahel, el sol intenso, que deslumbra y va quemando, forma la catarata. "Son mucho más duras que las de alguien de 90 años aquí. Son auténticas piedras y muy opacas", confirma Pérez.

Con todo, desde Ilumináfrica ponen todo el material necesario para llevar a cabo las intervenciones: "Llevamos todo: el 'pack' para poner una lente, colirios, gasas, instrumental, etc. Eso implica unos 100 euros por catarata. Las operaciones y todo son gratuitos para la población. Solo pedimos un donativo simbólico, que destinamos a mantener el hospital. Nada va para nosotros".

Voluntarios realizando cirugías. / Ilumináfrica

La labor de los voluntarios cubre una necesidad imperiosa en este país africano, donde apenas hay diez oftalmólogos, que suelen estar en la capital, y con conocimientos muy limitados. Por eso, la fundación está formando a un óptico del país para que, al menos, pueda dispensar gafas entre la población. 

Para seguir ayudando más allá de Chad, en octubre, un equipo de Ilumináfrica viajó hasta Dakar (Senegal) para valorar el establecimiento de una óptica en un ambulatorio y así ayudar también a los senegaleses. 

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