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NIEVE

Así se trabaja para prevenir avalanchas en el Pirineo ante alertas de riesgo de aludes

Sistemas de retención, explosiones controladas, nivólogos, ingenieros y equipos de rescate en montaña de la Guardia Civil forman parte del engranaje para prevenir riesgos y actuar en caso de avalancha

ARAGÓN NOTICIAS /

Las nevadas de los últimos días han aumentado notablemente el riesgo de aludes en el Pirineo y han provocado diversas incidencias. Un alud es una avalancha, un desplazamiento de capas de nieve que se dirigen ladera abajo. Hay veces que caen en mitad de la nada y otras irrumpen en mitad de una carretera sembrando el caos. Afortunadamente no hubo que lamentar daños en el alud que cayó la semana pasada en Astún. No se puede evitar que caiga, pero sí proteger a la población. Sistemas de retención, explosiones controladas, nivólogos, ingenieros forman parte de toda la maquinaria para prevenir las consecuencias de los aludes. El programa 'Objetivo' (Aragón TV, sábado 9, 13:25) se acerca hasta la labor que desarrollan todas estas personas.

Un golpe de viento, los pequeños pasos de un animal o simplemente la gravedad pueden desencadenar un alud que arrase con todo. Predecir cuándo va a ocurrir y evitar que produzca pérdidas humanas son tareas que empiezan en la misma montaña. El primer eslabón de la cadena lo forman los nivólogos, los encargados de establecer el riesgo de avalancha que existe. Trabajan con una escala de cinco niveles, un semáforo común para la Unión Europea que permite determinar la probabilidad de que la nieve se deslice. Miden la estabilidad del manto, observan restos de desprendimientos recientes y someten las muestras a distintas pruebas que finalmente les da el peligro existente. 

El trabajo de los nivólogos es fundamental para determinar el riesgo. / Aragón TV

Una vez en la sede, como la del centro A Lurte, en Canfranc, elaboran un boletín que se distribuye en su web. Andrés Olloqui, director de Infraestructuras Transfronterizas de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Pirineos-Pyrénées, es una de las personas que recibe esos datos. Con el boletín de riesgo de aludes sobre la mesa, decidirá si cierra el túnel de Bielsa y el de El Portalet estos días. "Nosotros trabajamos para que las carreteras estén abiertas y para que los usuarios puedan disfrutar de esas carreteras y favorecer la economía del Pirineo y favorecer el intercambio de españoles y franceses en nuestro caso, pero no a cualquier costa", explica Olloqui. 

Avalanchas provocadas

Antes de cerrar los pasos fronterizos, cuentan con varias herramientas para desencadenar avalanchas de manera artificial. Olloqui explica que en el túnel de Bielsa tienen "unos brazos metálicos que se llaman Gazex, que hacen una mezcla de oxigeno y propano y hacen como petardazos para desencadenar avalanchas, para romper el manto nivoso". 

Y en el caso del Portalet utilizan un gas exportable que se llama DaisyBell. "El helicóptero va con esa campana, se acerca a una vertiente avalanchosa y tira", dice Olloqui. Precisamente este sistema, la técnica de DaisyBell, es lo que permitió abrir la carretera de acceso al Balneario de Panticosa tras el último cierre. 

 

Entrada a la boca española del túnel de Bielsa. / Aragón TV

La agrupación también ha instalado en el Portalet un sistema pionero en España y Francia que detecta aludes en tiempo real. Un radar situado frente a la pared más complicada del túnel. Santi Fábregas, coordinador de proyectos, explica que este radar "está controlando diez canales de avalancha y lo que hace es detectar cualquier movimiento". Así pues, continúa, "si cae una avalancha, la propia cámara lanza una ráfaga de imágenes y permite saber dónde está". "Lo que queremos hacer ahora es un sistema de detección y cierre de la carretera con semáforos o barreras para que nadie entre en esa zona". concluye. 

Protección a los montañeros

Son sistemas innovadores que se suman a las galerías contra avalanchas o las vallas antiventisqueros que ya protegen las carreteras desde hace décadas. Es el caso del dique de contención ubicado en Canfranc. Se construyó entre 1908 y 1930. Y sigue evitando hoy en día que los aludes arrasen el pueblo. Al igual que los bosques que rodean el municipio. ¿Pero qué ocurre en plena montaña? ¿Cómo se protege a esquiadores y alpinistas


El director de la Oficina de información de montaña de Jaca, Íñigo Ayllón, recuerda que lo primero que hay que hacer cuando se planea una actividad en montaña es pensar quiénes van a ir, qué capacidades tienen, qué material van a necesitar y dónde se quiere ir. Y cuando se acerque el día de la actividad consultar boletín meteorológico como el de peligro de aludes. "Y dentro de toda esa planificación que hemos hecho", recuerda Ayllón, también hay que "planificar las situaciones de emergencia y un elemento clave para los problemas de aludes, para cuando nos sorprende un alud: es el autorescate por parte del grupo". 

Búsqueda de víctimas

Ayllón explica que lo primero que hay que hacer en caso de tener que buscar a alguien en una avalancha, que todos pasen el detector de víctimas de avalancha (DVA, también conocido como ARVA) del modo emisión, como se lleva normalmente, al modo búsqueda. De esta forma, dice Ayllón, el dispositivo "empezará a buscar a esas posibles víctimas de avalancha que vendrán identificadas por un pitido y por una señal que nos indicará la dirección hacia la que tenemos que movernos". Una vez que llegados a un espacio muy cercano a la víctima, dice, hay que sacar la sonda "Tiene que ser de verdad, que pueda localizar junto al DVA a la víctima de avalancha", explica Ayllón, también un pala que "tiene que ser funcional y de verdad. Porque en el caso de palear, igual tenemos que palear una tonelada", recuerda

Se estima que una persona puede sobrevivir  entre 15 y 18 minutos bajo un alud. Una vez transcurrido ese tiempo, las posibilidades de encontrar a la víctima con vida son mínimas. Por eso resulta fundamental la acción del grupo y el rápido aviso a emergencias.  

La estación de  Aramón Formigal-Panticosa colabora la Guardia Civil para realizar prácticas de instrucción de perros en avalancha. Su actuación es fundamental.  El especialista en montaña y guía canino del GREIM de la Guardia Civil Boltaña, Guido Campos, explica que la base del trabajo de los perros es el juego: "Buscan a la persona porque lleva un juguete. Por eso, cada persona es un motivo por el que van a jugar". Poco a poco, se les enseña que hay personas enterradas en la nieve: "Primero hacemos agujeros que se ven y, poco a poco, los vamos tapando para que ellos aprendan que tienen que rascar para llegar a las personas. Utilizan la nariz para llegar a la persona”.

Agentes de la Guardia Civil de montaña en un ejercicio de rescate con perros. / Aragón TV

Mientras ellos buscan incansables, el resto de componentes del equipo recaban datos, miran las posibles vías de escape y se aseguran de que la zona es estable para poder trabajar. Porque cada avalancha actúa de una manera según la inclinación del terreno, el tipo de nieve y lo que arrastre con ella. De ahí las diversas lesiones que pueden presentar los afectados. 

Campos explica que lo importante es siempre tratarlos como un politraumatizado, aunque se mueva, y tener claro lo básico: "Respira, tiene cabida aérea permeable, puede respirar, está traumatizado. Si no ha podido respirar pasas a RCP". Además, recuerda el agente, "lo bueno es que en Aragón se trabaja con un médico muy especializado en ello y es el primero que se va a dar cuenta de ello”.

Para evitar situaciones así, prevención y formación son clave. Campos lo resume así: "Lo que hay que tener claro es formarse no solamente en maniobras de rescate sino en cómo es el monte, cómo se forman las avalanchas y, sobre todo, cuándo no meterse".