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DÍA INTERNACIONAL DEL ARTESANO

Piezas diferentes, hechas con "cuidado y mimo": el trabajo de los artesanos aragoneses en el siglo XXI

Desde la Asociación de Artesanos de Aragón destacan que la gente busca muchas veces "piezas diferentes, de diseño, y con una labor más humana y personalizada detrás", aunque reconcen que "cuesta mucho" que se reconozca su trabajo

A. H. /
Cada 19 de marzo se celebra el Día Internacional del Artesano. / Canva
icono foto Cada 19 de marzo se celebra el Día Internacional del Artesano. / Canva

Cerámica, joyería, ilustración, carpintería, estampado o diseño gráfico. La variedad de técnicas artesanales quizá sea tan amplia como artesanos existen. Algunos profesionales siguen haciendo los mismos objetos tal y como se hacían antaño, mientras que otros han ido poco a poco introduciendo la tecnología, como la impresora 3D. Este martes, 19 de marzo, es su día, el Día Internacional del Artesano. 

En estos momentos, la Asociación de Artesanos de Aragón aglutina a casi 130 profesionales, y tiene un recorrido de más de tres décadas de historia. Su objetivo primordial es "fomentar, promover y desarrollar la artesanía en la sociedad como un bien cultural". Asimismo, la entidad también trabaja para poner en valor y favorecer la unión de los artesanos y la supervivencia de los oficios que, en muchas ocasiones, son milenarios. 

"La artesanía pasa por un buen momento. La gente busca piezas diferentes, de diseño, y con una labor más humana y personalizada detrás", explica Alejandra Castro, presidenta de la Asociación de Artesanos de Aragón, quien destaca que en la Comunidad principalmente hay joyeros, bisuteros, ceramistas, y personas que trabajan los tejidos, aunque también los hay que emplean el cuero o las fibras naturales. 

Castro, que también es ceramista de profesión y trabaja piezas decorativas y utilitarias, hechas a torno y planchas, reconoce que no resulta fácil sobrevivir en pleno siglo XXI, pero sostiene que siempre habrá artesanos. "Yo creo que hay gente que siempre querrá piezas personalizadas, diferentes, hechas con cuidado y mimo, aunque sea para regalar, distintas a cualquier objeto que puedes encontrar en una gran tienda multinacional", subraya, al tiempo que reconoce que supone más trabajo y esfuerzo: "No hay que dormirse, hay que buscar nuevas ideas, que no cansen o que no aburran. Pero siempre habrá alguien que necesite algo que no puede encontrar en el mercado, aunque sean un juego de vasos diferentes para un restaurante, por ejemplo". 


Alejandra Castro haciendo un trabajo de cerámica. / Artesanos de Aragón

Piezas únicas y diferentes

Sobre la supuesta necesidad de adaptarse a los tiempos, o la introducción de nuevas tecnologías en los procesos artesanales, la presidenta de la Asociación de Artesanos considera que la "buena artesanía" no lo necesita. "Al artesano le gusta realizar su trabajo pieza por pieza. Todo lo que sean materiales que ayuden, puede ser una ventaja, pero, a la hora de producir, no necesitamos máquinas que fabriquen a partir de un modelo, ya que perdería ese carácter único y diferente. Si todo sale igual, ya no hay nada de original, salvo el diseño inicial del artesano", matiza. 

Sí que reconoce Alejandra Castro que la gente más joven que está llegando a este sector "está haciendo más uso de las nuevas tecnologías o nuevos materiales", como las impresoras 3D, pero sostiene que no se debe perder el carácter artesanal. 

La ceramista admite que cuesta "mucho" que se reconozca el trabajo de los artesanos, o que se dé a conocer: "Es un camino complicado, pero se puede hacer, es cuestión de pelearlo. Además, todo es cuestión de cultura, de educación, de que la gente esté informada, y entienda y valore lo que compra, ya que si no tiene interés en lo que haces, buscará lo mismo en otro sitio, como en grandes multinacionales".

Se busca "innovar y sorprender"

Desde hace casi 15 años, Choni Naudín, junto a su equipo (Rubén Rodríguez y Carmen Colas), cuenta con un taller de diseño de encuadernaciones en Zaragoza, Estudio Ductus. Trabajan tanto para grandes empresas como para particulares, y lo que más buscan los clientes con sus productos es "innovar y sorprender".

"Notamos que el mercado está cambiando. No se edita tanto libro, y casi diseñamos más cajas para contener libros u objetos", comenta Naudín, quien recalca que trabajan todo de forma manual y "juegan" mucho con los materiales: "Nos han pedido hasta meter pantallas en cajas, u olores, e incluso césped artificial. Nuestra frase siempre es: no te pongas límites, ya bajaremos a la tierra cuando desarrollemos el producto".


Un diseño de Estudio Ductus.

Naudín admite que cuentan con el plus de ser diseñadores, lo que les permite desarrollar un producto "más contemporáneo, hacia donde van los tiempos", comenta.

"En épocas de crisis somos los primeros que sufrimos"

Utensilios y cubiertos de cocina hechos a mano con madera de boj es lo que lleva haciendo desde hace más de dos décadas Maria Peña Andrés, natural de Calatayud. "No tengo dos productos iguales, ni cucharas, ni cuchillos, todos son distintos, y se nota que no lo ha hecho una máquina, que sacaría todos iguales", indica.

Esta artesana señala que su negocio, al no contar con mucha competencia, "va tirando", aunque en época de crisis, añade, son los primeros que sufren. "Nuestro producto tiene un coste añadido, al tener que hacerlo a mano, y puede resultar más fácil y barato comprar algo que ha hecho una máquina, aunque pierde ese valor añadido al no ser artesanal, y que lo hace único", subraya.


Cubiertos de madera de boj hechos por María Peña Andrés.

Maria Peña lamenta el alto coste, entre tasas e impuestos, que supone para los artesanos participar en las ferias, principal escaparate para enseñar sus productos. "La gente quiere ver, quiere tocar y elegir las piezas, pero cada vez se hace más difícil participar en las ferias por el alto coste que supone", concluye.