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CONCENTRACIÓN

Los bomberos forestales denuncian su precariedad laboral en una nueva 'marcha negra' en Zaragoza

Reclaman la profesionalización de su carrera y la mejora de condiciones laborales como la jubilación anticipada o la contratación a largo plazo

ARAGÓN NOTICIAS /
Los bomberos forestales se concentran en el centro de Zaragoza para pedir mejoras laborales.
icono foto Los bomberos forestales se concentran en el centro de Zaragoza para pedir mejoras laborales.

Con el mono de trabajo y sus herramientas habituales, motosierras y batefuegos, miembros de los operativos antincendios de Aragón salieron a la calle en la noche del sábado para reivindicar mejoras en sus condiciones laborales. Lo hicieron en la ya tradicional "marcha negra", que desde hace siete años realizan por el centro de Zaragoza para reclamar mejoras. 

Los trabajadores de Sarga y Tragsa que dependen del Gobierno autonómico y el central, piden, por ejemplo, la creación de una categoría profesional de bombero forestal o poder acceder a una jubilación anticipada.

"Pedimos una estabilidad laboral. Nuestra contratación es anual, porque estamos ligados a los presupuestos. Este año ha sido muy duro y se ha demostrado que somos necesarios y que deben profesionalizar nuestra carrera", indicaba anoche Rubén García, miembro del Operativo de Incendios Forestales de Aragón (INFOAR).

Instante de la concentración en el paseo Independencia de Zaragoza. 

Unas reclamaciones que no son ajenas a otros compañeros de profesión. Jorge Farled, representante de la BRIF de Daroca, presente en la marcha negra de este sábado, pedía que los bomberos cuenten con los mismos derechos que la Policía o los Bomberos municipales, que pueden acogerse a los coeficientes de reducción, es decir, a una disminución de la edad de jubilación en base a la peligrosidad y exigencia de su trabajo. "Yo no sé si voy a llegar a jubilarme a los 67. No nos reconocen siquiera el peligro de toxicidad o la enfermedad laboral", añadía. 

Los profesionales estuvieron arropados por vecinos de los pueblos afectados por los incendios de este verano como los de Ateca y el Moncayo. "Si no cuidamos a las personas que cuidan de los montes, esto es una batalla perdida", comentaba Milagros Blas, vecina de Ateca.