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SOCIEDAD

Excedencias en Aragón: 1.897 trabajadores solicitaron una el último año para cuidar a un familiar

Siete de cada diez peticionarias fueron mujeres. Los expertos recuerdan que la carga emocional y mental puede llevar a enfermar a los cuidadores

C. ADÁN /
El cuidado de familiares sigue estando mayoritariamente en en manos de mujeres. / Pixabay
icono foto El cuidado de familiares sigue estando mayoritariamente en en manos de mujeres. / Pixabay

El número de excedencias por cuidado de un familiar concedidas en 2022 en Aragón fue de 1.897. Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el 71% de estas excedencias fueron solicitadas por mujeres (1.351) y un 29% por hombres (543). Esto supone que siete de cada diez solicitantes eran mujeres, y por tanto, son ellas las que asumen la responsabilidad de hacerse cargo de un familiar, la mayoría personas mayores. Por provincias, en Huesca se concedieron 269 excedencias, 193 en Teruel y 1.432 en Zaragoza. 

El número de excedencias se ha reducido de media en el país un 1% respecto al mismo periodo del ejercicio 2021. Sin embargo, en Aragón la cifra apenas ha bajado un 0,16%. Zaragoza ha sido la provincia donde más ha bajado (-1,98%), frente al -0,37% de Huesca. En Teruel, en cambio, la cifra de excedencias ha aumentado un 16,27%, pasando de 166 a 193 altas -140 de estas solicitantes han sido mujeres-. 

Según recoge la propia web del Ministerio de Seguridad Social, los trabajadores pueden solicitar excedencia para atender a hijos o menores acogidos o para el cuidado de otros familiares. En el caso de los tres primeros años de excedencia para el cuidado de un hijo menor o acogido, estos tienen la consideración de periodo de cotización efectiva a efectos de las prestaciones de la Seguridad Social por jubilación, incapacidad permanente, muerte y supervivencia, maternidad y paternidad. También se considera efectivamente cotizado, a efectos de esas prestaciones, el primer año de excedencia para el cuidado de otros familiares. 

Ana María es una de ellas. Esta profesora de Lengua de 46 años decidió cogerse una excedencia el curso pasado para poder cuidar de su madre, de 72 años y viuda, a la que detectaron cáncer de útero en noviembre. "El proceso de una enfermedad así es muy largo y duro, y no podía dejarla sola en esto -cuenta-. Para poder conciliar  también con el cuidado de mis dos hijos, de 13 y 8 años, no veía otra forma que dejar de trabajar por un tiempo". "No es una decisión fácil ni económica ni profesionalmente, aunque reconozco que en mi caso no he tenido ningún problema para poder hacerlo", añade. Aunque Ana María tiene un hermano, este reside en Valencia. "Fueron unos meses muy complicados entre visitas continuas al hospital, viendo a mi madre pasar por momentos muy malos... y tratar de encajar todo para organizarme con mi marido y mis hijos". Finalmente, el pasado septiembre se reincorporó a dar clases en el instituto. "Agradecí la vuelta a las aulas porque ser cuidador cansa mucho. Los días de hospital son muy duros y organizarse para tener algún rato libre es muy complicado, además te hace sentir culpable...", añade. 

"El cuidador tiene que saber pedir ayuda"

Precisamente para evitar este tipo de sentimientos, los expertos recomiendan que es fundamental tener "espacio" propio. "Algunas dependencias exigen 24-7 (24 horas siete días a la semana) y eso no es posible llevarlo sin perder la salud", explica María del Castillo, doctora en Psicología y vocal de la junta del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (COPPA). "El cuidador tiene que saber pedir ayuda para tener ratos de descanso y un proyecto propio de vida activo -añade-. Es importante que cuiden de sus salud y mantengan sus propios espacios haciendo algo de ejercicio, vida social y cuidar de tu propio núcleo familiar".

La profesional asegura que muchas veces, los cuidadores, con  la mejor de las intenciones, lo dejan todo por la persona a la que cuidan y luego acaba pasándoles factura. "Suele empezar con dolores físicos, sobre todo de espalda y de cabeza. Es la primera llamada, el cuerpo se queja. Luego llega la irritabilidad, la falta de ganas por hacer cosas... y esto puede acabar en un trastorno depresivo", concreta del Castillo.

En cuanto al hecho de que la mayoría de las cuidadoras sean mujeres, según los datos del Ministerio de Seguridad Social, asegura que hay varias razones. Por un lado, que durante siglos ha sido la mujer la que ha ocupado este papel de cuidadora. Por otro, la calidad del trabajo: "Sigue habiendo cierto techo de cristal por el que la mujer no promociona tanto en el trabajo y entonces si alguien tiene que hacerlo, pues conviene más que sea ella". Por último, la psicóloga destaca que sigue habiendo muchos hombres que no se ven en ese rol o que no lo saben desempeñar.

"Esto irá cambiando en las siguientes generaciones, pero la gente que suele tener que coger excedencias por cuidado de mayores ya no es gente tan joven", concluye. Esta asegura también que no hay ayudas suficientes y que a nivel económico no todo el mundo puede permitirse pedir una excedencia. 

Un programa de apoyo y formación para cuidadores

El Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón cuenta con un programa de ayudas que se llama 'Cuidarte' que da formación y técnicas a los cuidadores, también para su autocuidado. Se trata de grupos que trabajan de forma muy eficaz y dan mucha seguridad a quienes acuden allí. Según detallan fuentes del departamento, está constatado científicamente que quien participan en ellos mejoran su situación en cuanto a autoestima, cuidado, etc. Desde enero de 2019, este programa se ha implantado en 29 centros y 18 comarcas. En estos años de andadura, en los 99 grupos creados han participado 755 personas (654 mujeres y 101 hombres). De ellos, específicamente de cuidadores son 35 grupos, que han contado con 255 participantes

El Gobierno de Aragón cuenta también con plazas en residencias para las denominadas estancias temporales, un servicio que supone "un respiro para muchas familias”, según palabras de la propia consejera, María Victoria Broto. En Huesca hicieron uso de estas estancias temporales en las dos residencias del Instituto Aragonés de Servicios Sociales 67 personas. En el caso de Zaragoza, la cifra se elevó a 89 las personas.