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ESTUDIANTE ARAGONESA

Lorena Franco, segunda en excelencia académica en España

La exalumna de Medicina en la Universidad de Zaragoza ha conseguido el segundo puesto en el ranquin nacional de la SEDEA

MAR BURGUEÑO /
Lorena Franco.
icono foto Lorena Franco.

"Se puede ser buena, muy buena, maravillosamente buena o excelente". Así felicitaba la Universidad de Zaragoza a Lorena Franco tras conseguir alzarse con el segundo puesto en el ranquin nacional de la Sociedad Española de la Excelencia Académica (SEDEA) que acredita a los mejores graduados del país en la rama de Ciencias de la Salud y la cuarta en el listado general. 

Lorena finalizó la carrera de Medicina en su ciudad natal el curso pasado con un 9,37 de media, una calificación que, unida a otros méritos culturales y sociales como voluntariados, idiomas o intercambios en otros países, la han convertido en la segunda alumna más brillante de todo el territorio nacional. "He intentado combinar la medicina, que es mi pasión y que representa mi vocación de ayudar a los demás, con los idiomas, la música y el deporte. Al final, toda la formación me enriquecía personalmente y profesionalmente para el día de mañana", cuenta.

La Universidad de Zaragoza le "marcó huella" y recuerda sus primeros días en ella como una experiencia "llena de cambios". Sin embargo, a pesar de los seis años de estudio, a Lorena se le ha pasado "relativamente rápida" la carrera, en la que ha podido enfrentarse a grandes retos sanitarios como la pandemia.

"En mi último año comenzó la COVID-19. Vimos cómo empezaba a llegar a los hospitales y lo primero que hicimos fue ofrecernos como voluntarios para intentar ayudar dentro de nuestras posibilidades", explica. De esta forma, comenzó a atender llamadas en el 061 durante los meses de abril y mayo de 2020, en pleno auge de la pandemia. "Todavía no éramos médicos así que no podíamos hacer mucho más, pero me hubiese gustado estar en primera línea ayudando", afirma. 

Tocar el piano y hacer deporte se convirtieron en las "vías de escape" de esta estudiante. "Siempre sacaba un rato para las dos cosas porque mantenían mi salud mental, que es la base de todo", indica. La música le ayudaba a ejercitar la concentración necesaria a la hora de estudiar, y a mantener la atención, mientras que el deporte le servía para desestresarse. 

Ahora, tras su paso por la Universidad, ha cambiado Zaragoza por Madrid y se encuentra en su primer año como residente en el Hospital Clínico San Carlos, donde aprenderá la especialidad que eligió tras examen MIR, neurología, su primera opción. "Siempre me ha apasionado la mente, el cerebro y todo lo que no sabemos todavía", expresa. Cinco meses después de sus comienzos en el hospital, Lorena confiesa que está siendo una "caja de sorpresas" en la que se siente muy satisfecha. "Estoy disfrutando de cada rotatorio y de cada momento", concluye.