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CAMBIO CLIMÁTICO

La pérdida de glaciares y el calentamiento global marcan los retos climáticos aragoneses

Los expertos coinciden en que "el calentamiento global no tiene freno" y que el Pirineo perderá sus glaciares con el paso del tiempo

ALEJANDRO LÓPEZ /
Modelo en 3D del glaciar del Aneto en 2020. / Cultura Científica
icono foto Modelo en 3D del glaciar del Aneto en 2020. / Cultura Científica

El planeta tiene sus propios retos para este recién estrenado año. El cambio climático se evidencia con datos, pero también con efectos que, cada vez más, quedan latentes en la calle, en el paisaje y marca los objetivos medioambientales del 2023. En las estaciones aragonesas se ha dejado atrás el verano más caluroso desde que existen registros. Un 2022 que ha roto esquemas y que dejan a las claras lo que para los expertos es ya una realidad: el calentamiento global no tiene freno

En el mosaico de paisajes y microclimas aragoneses resulta complicado traducir en qué se va a plasmar ese efecto. Desde luego, apuntan los meteorólogos a que "serán más los días de calor extremo durante el año". En una entrevista durante el programa Despierta Aragón, de Aragón Radio, el meteorólogo Luis Miguel Pérez sostiene que el cambio acarreará una gestión del agua diferente, "con más pantanos y racionalización del agua, ya que en primavera habrá menos lluvias y más secano".  Además, los episodios de vientos fríos para mantener la nieve "irán a menos". Es el caso del viento del norte.

En los glaciares de nuestro Pirineo, los efectos del cambio climático se reflejan con "pérdidas acusadas que son mayores en las últimas décadas que en los años precedentes", apunta Jesús Revuelto. El investigador del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) y experto en glaciares alerta de que "el retroceso que están experimentando año a año hace que estén abocados a desaparecer", aunque no sea posible ofrecer una fecha precisa. 

De hecho, el tamaño de varios de los que se disponen en la Comunidad se ha visto tan reducido a raíz del calentamiento que desde la Universidad de Valladolid apuntaban este verano que alguno ha perdido esa condición glaciar. Incide Revuelto que "la duración del manto de nieve y su extensión también se verá reducida paulatinamente". En ese sentido, cree que es necesaria "una concienciación social muy fuerte, ya que un amplio sector aún no ve o no quiere ver que esto nos afecta a todos"

Alfonso Barreras, presidente de la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro, recuerda que el año pasado "fueron más de 20.000 hectáreas afectadas por las inundaciones". Según Barreras, "debemos tener un río sano, y el Ebro es un río enfermo", en su opinión, por la falta de mantenimiento. Opiniones que van en sintonía tanto en el impacto geográfico como en el de factores meteorológicos y que coinciden en que la intervención social es urgente y más que necesaria ante un fenómeno mundial que no tiene vuelta atrás. 

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