Publicidad
BIODIVERSIDAD

Acuerdo histórico en la ONU para que el 30% de los océanos esté protegido en 2030

Tras 17 años de conversaciones y tres semanas de intensas negociaciones finales, los países que forman parte de la organización lograban cerrar en la madrugada de este domingo el Tratado Global de los Océanos

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto La ONU ha cerrado un histórico acuerdo para preservar los océanos.

La lucha por la preservación de las aguas y la biodiversidad marina, amenazadas por la contaminación, el cambio climático, la minería de los fondos y la pesca intensiva, ha dado un paso histórico en la madrugada de este domingo, después de que las Naciones Unidas (ONU) hayan aprobado el Tratado Global de los Océanos.

El consenso llegaba tras una maratoniana ronda de negociaciones que arrancó el pasado 20 de febrero en Nueva York, y que ponía el colofón a 17 años de conversaciones. Sin embargo, a pesar de que el texto tenía que estar cerrado el viernes, fue preciso continuar durante toda la noche y la jornada del sábado -más de 35 horas seguidas de discusiones-, para limar las últimas diferencias.

Al final, y entre otras cosas, se ha llegado al compromiso que han llamado 30x30, es decir, que en el año 2030, el 30% de los océanos del mundo debe estar protegido. Un objetivo ambicioso, teniendo en cuenta que en este momento tan solo el 3% cuenta con alguna protección. En este pequeño porcentaje se encuentran, entre otros, el santuario de las ballenas de Australia, la red marina más grande del mundo que incluye la gran Barrera de Coral.

Los participantes en la conferencia intergubernamental de la ONU que cerró el tratado, tras lograr cerrar el texto.

Entre los asuntos que sólo lograron resolverse a última hora destacó la fractura sobre cómo compartir los beneficios del mar, especialmente todo lo relativo a los recursos genéticos marinos -especies que pueden proporcionar genes patentables en el futuro, por ejemplo para su uso en medicina-. En esa cuestión chocaban los intereses de algunos países ricos, que son los que tienen más capacidad para aprovechar esos avances, y los del mundo en vías de desarrollo, que teme verse excluido.

En cualquier caso, grupos ecologistas como Greenpeace consideran que se trata de un acuerdo histórico para la conservación de las aguas en altamar. Mientras que el oceanógrafo Carlos Duarte tilda el tratado como un "paso adelante, aunque no con el impulso necesario".

Ahora, el texto deberá ser validado por los negociadores y ratificado por los casi 200 países que han participado en su redacción en el seno de la ONU.