La negra vuelta a casa de los desalojados por el incendio de Añón

Tras la autorización del Gobierno de Aragón, a lo largo de la tarde de este lunes, 15 de agosto, han ido volviendo a sus casas los habitantes de Vera de Moncayo, El Buste, Alcalá de Moncayo, Ambel, Bulbuente, Talamantes, Trasmoz y de la urbanización Cumbres del Moncayo. Si el desalojo, por lo rápido y lo imprevisto fue traumático, más lo está siendo el retorno. El paisaje verde que dejaron atrás ha mutado a un negro intenso. Las ganas de volver han estado ensombrecidas por lo que allí se han encontrado. 

Nuestros compañeros de Aragón TV han acompañado a algunos de esos habitantes que han vuelto, como este matrimonio de Alcalá de Moncayo. La piedra, antes blanca, con la que está construida su casa, ahora es gris. "El fuego ha afectado a nuestra vivienda, todo lo que teníamos en el corral y en el porche se ha destruido y somos afortunados porque el fuego no ha entrado dentro de nuestra casa", cuenta Cristina Fernández, que no puede apartar la vista del negro entorno que se ha encontrado. "Pues bien y mal, agridulce", relata. 

En Vera de Moncayo, las llamas no afectaron ni a las casas ni al campin. Pero sus vistas, lamenta Miguel Ángel, uno de los vecinos, no son las mismas: "Antes era un paseo verde precioso, lleno de frescura, y, ahora mismo, es totalmente oscuro".

Tras dos días fuera de sus casas, los vecinos desalojados aún tienen vivo el recuerdo de cuando abandonaban sus pueblos, amenazados por las llamas, sin saber qué iba a pasar. Dos noches de angustia en los centros de acogida donde, aseguran, han recibido un trato inmejorable. "No hay palabras de agradecimiento. La gente ha estado encantada, superbién atendida. No hay suficientes palabras para agradecer cómo nos han acogido allí", señala Paula Trívez, alcaldesa de Ambel.

Ahora toca limpiar las cenizas de lo que, probablemente, ha sido el susto más grande de sus vidas