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MEDIOAMBIENTE

La contaminación de acuíferos por nitratos deja a 6.000 aragoneses sin agua de boca

La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir agua con más de 50 mg/litro

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Fuente de agua no potable en Lierta (Huesca).

En Aragón existen 96 masas de agua subterráneas contaminadas por nitratos. Este compuesto químico, derivado del nitrógeno, puede ser peligroso para la salud. Hasta 6.000 personas en la Comunidad no pueden beber agua de sus grifos debido a este problema. Una de sus formas de llegar al agua se debe al abonado de las tierras con fertilizantes y purines. El Gobierno de Aragón y los sectores agrícolas y ganaderos ya trabajan para frenar y reducir esta contaminación. El programa Objetivo de Aragón TV ha profundizado en el problema este sábado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir agua con más de 50 miligramos de nitratos por litro. Una cantidad que supera ampliamente el agua de boca en la localidad oscense de Lierta, donde la concentración de este componente supera en un 90%. Esta situación afecta desde hace tres años a los vecinos del municipio. 

La fuente de captación de la que siempre se ha nutrido el pueblo está contaminada por este compuesto químico, y está prohibido su consumo. El Ayuntamiento de la localidad reparte cada jueves garrafas de ocho litros para cada habitante y una extra por domicilio. Así, suplen, de forma temporal, el desabastecimiento generado por los nitratos. 

"La solución podría ser realizar una captación más arriba, al pie de la Sierra de Gratal. Es una zona donde no hay cultivo agrícola, o muy poco, y el agua sale muy pura", propone Bernardo Más, presidente de la Asociación 'LiertAgua Potable'.

"Los nitratos son un compuesto químico formado por nitrógeno, y se encuentran en el agua por la filtración de agua de lluvia hasta aguas subterráneas, y por la sobrefertilización con residuos de industrias que trabajan con materia orgánica", explica Darío Torrero, químico en Laboratorios Diama (Zaragoza). "Nuestro organismo los absorbe. Son interiorizados en los glóbulos rojos y estos se incapacitan para el transporte de oxígeno, que es un gran problema para la salud. También pueden derivar en un cáncer gastrointestinal", señala.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) analiza y mide el nitrato en las aguas aragonesas. Su estudio se traslada al Gobierno de Aragón, quien decreta las zonas vulnerables. La administración trabaja con ganaderos y agricultores para reducir la presencia de este contaminante. Una de sus tareas principales es controlar el excedente de purines en las granjas. Solo en Aragón, hay cerca de 4.000 explotaciones porcinas.  

"El sector ha estado gestionando el purín sin ningún control por parte de la administración. Llevamos cinco o seis años haciendo hincapié con el tema del control del nitrógeno en la ganadería intensiva. Es un tema que preocupa, porque estamos muy encima y el sector es consciente de que tiene que mejorar este punto en su producción", indica Enrique Novales, director general de Calidad y Seguridad Alimentaria del Gobierno de Aragón.

"A veces, cuando dices que los ganaderos o agricultores tienen la responsabilidad, mucha gente se siente ofendida, porque no son todos culpables. Hay un porcentaje que sí, pero dentro de ese sector se está provocando esta contaminación difusa que entre todos tenemos que corregir", apunta Javier San Román, comisario adjunto de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro. 

Campo abonado con purines.

Los implicados, los ganaderos, trabajan para medir y adecuar la cantidad de purines que utilizan en sus cultivos. Jesús Ballarín es agricultor en Alcalá del Obispo (Huesca) y trabaja 120 hectáreas de terreno entre las que cultiva cereal, forraje y guisante verde. 

"Tenemos unas dosis máximas de las que no podemos pasar, y unos periodos en los que los podemos aplicar y otros periodos prohibidos. Hay que hacer un plan de abonado y esas dosis máximas las aplica la DGA", comenta Jesús, quien señala que el problema llega muchas veces cuando las parcelas de cultivo están próximas a granjas porcinas. 

"Lo más común es que las parcelas que hay más cerca de las granjas de una explotación reciban más dosis de las que nos están recomendando", lamenta el agricultor. 

Los ingenieros agrónomos son una pieza fundamental del proceso para reducir los nitratos que se filtran al suelo. Su labor se centra en ayudar a los propietarios de la tierra a cumplir la ley. "Son temas muy complejos y van cambiando la normativa, pero siempre buscan estar al día. Te preguntan y ellos realizan sus prácticas buscando el mayor beneficio, porque son los que viven del campo y los que lo cuidan. Su viabilidad económica depende de hacer las cosas bien", explica Pilar Blas, ingeniera agrónoma y técnico asesora de UAGA. 

También en la provincia de Huesca, en el municipio de Chimillas, los vecinos solo cuentan con una fuente de agua potable, el resto presentan más nitratos de los permitidos. Alerre y Banastás también están en la misma situación; el agua de boca no es potable.

"La solución que se ha buscado es común a Alerre y a Banastás y al centro Manuel Artero. Hemos hecho una mancomunidad de aguas y es la única posibilidad de hacer una red que traiga el agua desde los depósitos de cola de Huesca al centro y a los tres pueblos", comenta Miguel Ángel Torres, alcalde de Chimillas. 

Una solución paralela a la que debería darse. Desde 2018, la Unión Europea exige a España rebajar la presencia de nitratos en el agua. De hecho, el país tiene abierto un expediente sancionador por no reducir este compuesto químico en las aguas.