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SALUD

La congelación de óvulos, una opción cada vez más demandada ante el retraso de la edad de la maternidad

Las mujeres en España tienen a su primer hijo a los 32 años, según los últimos datos del INE. La clínica de fertilidad IVI señala un crecimiento "exponencial" de la demanda

MAR BURGUEÑO /
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La ausencia de una pareja o tenerla pero sin la certeza de que sea la adecuada para criar un bebé, carecer de una estabilidad para sacar adelante una familia en este momento o querer prosperar en el trabajo. Son solo algunas de las razones por las que cada vez más mujeres deciden dar un paso al frente y congelar sus óvulos, con el objetivo de preservar su fertilidad y atrasar su maternidad. Según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 la edad media a la que las mujeres tuvieron su primer hijo en España fue a los 32 años. Una cifra que va aumentando con el paso de las décadas, ya que en 2011 era de 31 años, y a principios de los 2000, de 29 años. 

El número de nacimientos también sufre sus horas más bajas. En Aragón nacieron el pasado año 9.454 bebés, mientras que hace diez años, en 2011, lo hacían 12.610 niños, lo que supone una caída en la natalidad del 25%. El descenso es aún mayor en el conjunto del país, que contabilizó 336.811 nacimientos, un 28,6% menos de los que nacieron diez años antes, 471.999.

Ante estas cifras, la clínica de fertilidad IVI -ubicada a lo largo de España y con centro propio en Zaragoza- señala que el crecimiento del número de mujeres que se someten a tratamientos de congelación de óvulos es "exponencial". "En los últimos tres años se ha notado una tendencia creciente respecto a los anteriores", indica el director de la clínica IVI de la capital aragonesa, el doctor Pepe Serna. 

Según señalan desde esta clínica especializada en tratamientos de fertilidad, en los últimos diez años ha habido un aumento generalizado de pacientes que se han realizado la preserva de la fertilidad por motivos sociales. "La cifra se ha multiplicado por diez en este periodo de tiempo", apuntan. Lo mismo ocurre en su clínica aragonesa, en la que destacan que el crecimiento ha sido incluso mayor que el experimentado a nivel nacional. En total, en la última década se han sometido a este tratamiento más de 200 mujeres en la clínica zaragozana con el objetivo de posponer su maternidad.  

La edad media de las mujeres que congelan sus ovocitos en España es de 36 años, mientras que en IVI Zaragoza la media se encuentra un poco por debajo de los 35 años. Además, en los últimos diez años la media de edad ha disminuido, pasando de 37,5 a los casi 35 de ahora. "Se estima que la fertilidad comienza a decaer a partir de los 30 años. A partir de los 35 la caída es más aguda y a los 40 la caída es tremenda. Por eso, es muy importante concienciar a la población de que el retraso de la edad para la maternidad a veces no es resoluble", apunta el doctor Serna. 

La congelación de óvulos, cuyo proceso se denomina vitrificación, consta de varias fases. Primero se realizan los estudios oportunos para comenzar con el tratamiento sabiendo cuántos óvulos pueden obtenerse y qué probabilidades hay de realizar la extracción con éxito. Una vez se llevan a cabo las extracciones de óvulos, se realizan revisiones periódicas y se congelan los óvulos que han sido extraídos.

En la técnica de la vitrificación, la congelación de los óvulos puede durar un tiempo infinito. "Ponemos un tope máximo de 50 años, porque a partir de los 45 hay que hacer estudios exhaustivos de salud", explica Serna. El tratamiento no es barato y ronda los 2.000 euros. Una cifra que puede aumentar en el caso de mujeres con reservas bajas de óvulos a las que será necesario administrar varias rondas de óvulos para conseguir el 90% de éxito, según expresa el especialista. 

"Es comprar tiempo e ilusión"

Elisa Gil se sometió al tratamiento de congelación de óvulos a los 33 años por primera vez, y lo repitió a los 36. "Soy ginecóloga, experta en reproducción, y el conocimiento te hace tomar cartas en el asunto. La edad es el primer factor del detrimento de la fertilidad", explica.

No quería ser madre en ese momento, pero quería poder serlo en un futuro, así que esta era la mejor opción. "Yo lo tenía muy claro, además no me daban miedo los tratamientos, ni me abruman los pinchazos. Es algo muy sencillo y muy corto, que dura en total diez días. Para mí, supone la generación de una ilusión. Lo que se hace es comprar tiempo e ilusión", añade. 

Aunque todavía no ha sido madre, Elisa sabe que llegará el momento de utilizar sus óvulos congelados más adelante. "Usaré mis óvulos cuando lo considere, pero tengo la intención y la ilusión de hacerlo", explica. Sin duda, recomendaría la experiencia a todas aquellas mujeres que quieran ser madres, pero que ahora mismo no se encuentran en el mejor momento para serlo. Además, reconoce que uno de los mayores problemas a la hora de hacerlo es el factor económico. "No todo el mundo puede permitírselo. Hay un problema de justicia social, porque es un tratamiento costoso, que sería inviable subvencionar en centros públicos", agrega. 

Casos en los que se puede congelar óvulos en la Sanidad Pública

No solo se pueden congelar los óvulos en clínicas privadas. La Sanidad Pública también se encarga de realizar este proceso de vitrificación, pero solo en aquellos casos donde haya una indicación médica. Así lo ha explicado la doctora Pilar Conte, perteneciente a la unidad de reproducción asistida del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. "Se realizará en pacientes con posible riesgo de pérdida de su capacidad reproductiva asociada a exposición a tratamientos gametotóxicos o a procesos patológicos con riesgo acreditado de fallo ovárico prematuro o riesgo acreditado de fallo testicular primario", reza el Real Decreto de prestaciones sanitarias del Ministerio de Sanidad. 

De esta forma, cubre la congelación de óvulos en pacientes que puedan ver reducida su capacidad reproductiva por tratamientos que puedan acarrear una toxicidad en los óvulos, como puede ser la quimioterapia. En general son pacientes oncológicos, aunque previamente deben ser valorados por un médico y, si cumplen los criterios, se les practica la congelación de óvulos.