"El papa Luna es un aragonés del que estar orgulloso, como lo estamos de Goya, Buñuel o Ramón y Cajal"

La trascendencia histórica del papa Luna es indiscutible. Formó parte de algunos de los momentos más importantes de los siglos XIV y XV en Europa, pero sus desencuentros con la Iglesia de Roma hicieron que su persona cayera en el olvido. Ahora, seis siglos después de su muerte, su legado vuelve a resurgir. "El papa Luna es una de las personalidades aragonesas de las que sentirse orgulloso, como lo estamos de Goya, Buñuel o Ramón y Cajal", ha asegurado Esteban Sarasa, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza. 

Pedro Martínez de Luna, nacido en la localidad zaragozana de Illueca, es uno de los aragoneses que más poder ha tenido en la historia, pero de los que menos se sabe. Algo que busca revertirse. Este miércoles el presidente de Aragón, Javier Lambán, pedía al papa Francisco que restituya a Benedicto XIII, castigado por la Iglesia por su papel en el cisma de Occidente, en el que fue calificado de hereje. 

"Su poder trasciende a Aragón. Fue protagonista en la sombra de acontecimientos tan importantes para el devenir de la región, como el Compromiso de Caspe o la Concordia de Alcañiz. Nos corresponde poner en valor a la persona del único papa de origen aragonés", ha recalcado el experto este jueves en el programa Despierta Aragón de Aragón Radio. 

La mejor fórmula para que el papa Luna ocupe su lugar en la historia es difundir su legado y compartir sus logros, como ya se hace en el Palacio del papa Luna en Illueca, donde los visitantes pueden hospedarse y conocer de primera mano al antiguo habitante de la casa. "Tenemos una réplica de su cráneo. Poder verlo en su propia vivienda, con sus estancias, es un privilegio. Se conservan la antigua capilla, el salón del protocolo, el mausoleo y algunas habitaciones que dan cuenta de su vida religiosa y de su historia familiar", ha explicado Dori Martínez, guía del palacio y conocedora de la persona del pontífice, en el programa Buenos Días. 

Una historia que también pasa por Peñíscola. En su castillo pasó Pedro Martínez de Luna sus últimos años, refugiado y amenazado por una buena parte de la Iglesia. "Su persona fue muy importante aquí. La curia pontificia dejó mucha riqueza en la zona", ha comentado Ester Forner, directora del castillo de Peñíscola, donde, al igual que en Illueca, el año que viene se celebrarán numerosos actos para ensalzar y reivindicar la figura del aragonés.