El medio rural apuesta por aumentar la oferta de vivienda para atraer nuevos pobladores

La  vivienda y una buena conexión a internet son dos factores indispensables para conseguir que nuevos pobladores se asienten en los pueblos aragoneses. Pero el mercado de vivienda en el medio rural cuenta con muy poca oferta, por lo que cada vez son más las administraciones que buscan soluciones.

Uno de los ejemplos lo tenemos en Azanuy, donde el Ayuntamiento, en colaboración con la Diputación de Huesca, ha rehabilitado parte de un inmueble para convertirlo en una vivienda y ofrecer un hogar a los que quieren quedarse en el pueblo. Según explican desde el municipio, los hijos de quienes emigraron a las ciudades a trabajar hace varias décadas quieren instalarse y no es fácil encontrar vivienda en una localidad pequeña, como en buena parte de los pueblos aragoneses.

Nuevos moradores

También son nuevos pobladores, en este caso de Cabra de Mora (Teruel), Enrique Hernández y su mujer, Marisa, que han convertido una masía en un hotel de tres estrellas, El Refugio del Palomar. Trabajaban en el sector farmacéutico veterinario y su vida estaba en Francia. Su camino iba a seguir en Dubai, pero la pandemia provocó un cambio de rumbo. Gracias a la Asociación Cabra de Mora Pueblos Vivos, encontraron su destino en esta localidad turolense.  Como ellos, otras siete familias se han trasladado a este municipio de la comarca Gúdar-Javalambre.

"El mismo día que abrieron fronteras y que se podía volver a viajar, ese mismo día, firmamos la venta de nuestra casa de Francia y, rápidamente, cogimos los animales, los caballos, las cabras y a nosotros mismos, y ese día firmamos el contrato y nos vinimos", indica Hernández.

La conexión a internet ha permitido que también Anabel Martín y Javier Butragueño dirijan desde Cabra su academia de formación sanitaria 'on line'. "Ahora mismo, que hay muchos trabajos que se desarrollan totalmente 'on line', te dan facilidades para poder trabajar tranquilamente en un entorno que no vas a encontrar en la ciudad, por ejemplo", explica Butragueño. "A día de hoy, mucho nos tendría que cambiar la mentalidad para volver a Madrid", añade Martín.

Lo mismo piensa María Manzano, que tenía un bar en Huesca pero tuvo que reinventarse y se trasladó con su marido y sus seis hijos a El Temple, localidad de la provincia de Huesca. ¿Qué es lo que le gusta del pueblo? Así lo explica Manzano: "La tranquilidad. El no oír gritos ni los coches". "Los críos, también, la pequeña, que puede salir al parque sola", añade.

"El objetivo es que venga gente nueva para que no se pierda el pueblo, por que, a ver, una casa vacía es un pueblo muerto", asegura el alcalde de El Temple, Fernando Santa Cruz. Para evitarlo, apuestan por la vivienda municipal como fórmula para asentar habitantes y mantener sus calles llenas de vida.