El Real Zaragoza se agarra a sus motivos para creer

La llegada de Fran Escribá ha avivado el permanente debate entre resultados y sensaciones en que el Real Zaragoza vive sumergido en los últimos cursos. Dos partidos, dos empates. No se gana, tampoco se pierde. El primero fue contra el colista, el Málaga, y dejó un sabor amargo pese a que el gol llegó en la recta final; el segundo, ante el tercero, y el paladeo agrio se produjo porque fue el Burgos el que igualó hasta dos veces. Mil guiones, dos resultados -empate- y estadísticas que favorecen a un equipo que le saca dos puntos al descenso. 

Contra el Burgos CF lograron 10 tiros en total, 4 de ellos a puerta. Se prolongó la buena racha a balón parado -segundo gol en dos partidos- y se avasalló a un conjunto que solo había encajado cuatro tantos. Mollejo y Simeone generaron arriba (ambos fallaron una clara cada uno) y la defensa no sufrió hasta la segunda mitad. El conjunto aragonés ha mejorado su proyección ofensiva desde la marcha de Carcedo: 13 tiros entre el arco sumando los dos partidos. El 4-4-2 se Escribá ha favorecido la pareja ofensiva Simeone-Mollejo, muy móvil. El problema: el acierto en el remate y encajar menos. El sábado, contra la UD Ibiza, llegará una nueva oportunidad para ganar. El conjunto aragonés recibe en La Romareda a las 16:15 a los baleares. 

"La semana pasada merecimos golear y empatamos en el último momento y hoy me queda la sensación de que fuimos ligeramente superiores en un partido muy igualado. Puede haber una lectura algo negativa porque nos hemos dejado cuarto puntos por el camino, pero también hay una positiva de que el equipo compite bien y en los dos partidos hemos tenido muchas opciones de haber ganado. Lo sentimos por nuestra gente, pero aunque haya una pequeña decepción creo que debemos de mirar con optimismo hacia lo que viene", explicó Fran Escribá tras el partido. Es la mentalidad de un técnico que quiere construir a partir de los dos puntos cosechados tras su estreno.