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Los orígenes del cineclub de Zaragoza

El programa 'La Cadiera' de Aragón Radio repasa con Julio Sánchez Millán y Fico Ruiz la historia de los pioneros del séptimo arte en la ciudad

ARAGÓN CULTURA /
El libro 'Cine amateur e independiente en Aragón', reeditado por la Institución Fernando el Católico, está escrito por Alberto Sánchez Millán
icono foto El libro 'Cine amateur e independiente en Aragón', reeditado por la Institución Fernando el Católico, está escrito por Alberto Sánchez Millán

Corría el mes de abril de 1930 cuando las luces se apagaron y las bobinas del proyector comenzaron a girar, por primera vez, en el cineclub zaragozano. 'Un perro andaluz', del calandino Luis Buñuel, fue la cinta elegida para la ocasión. El libro 'Cine amateur e independiente en Aragón', reeditado por la Institución Fernando el Católico, recoge este y otros episodios narrados por Alberto Sánchez Millán, director de cine y escritor. 

El programa 'La Cadiera' de Aragón Radio repasa con Julio Sánchez Millán, hermano del autor del libro, y Fico Ruiz, prologuista de la edición recuperada como facsímil, la historia de los primeros cineclubs de la capital aragonesa. "El cineclub zaragozano era filial del madrileño, fundado dos años antes [1928] por Ernesto Giménez Caballero, personalidad afín al régimen franquista que se inspiró en los movimientos vanguardistas de países como Italia", explica Fico Ruiz. 

La II República no fue un periodo proclive para el desarrollo del cineclub, asegura Ruiz, y la Guerra Civil supuso "el tiro de gracia". No fue hasta 1945 cuando la labor cultural de estos locales recobró su protagonismo en la sociedad zaragozana, gracias a un grupo de intelectuales del régimen vinculados a las vanguardias y al arte contemporáneo como Fernando Solano, Guillermo Fatás, Federico Torralba y Orencio Ortega, entre otros. 

En 1970, tras varios años como miembro del Club Cine Mundo y después de haber fundado los cine clubs La Salle y Gandaya, Alberto Sánchez Millán pone en marcha el cineclub Saracosta. "Nos abastecíamos de películas gracias al contacto diplomático con el Instituto Francés, el Goethe-Institut y el Dante Alighieri", comparte su hermano Julio. 

Sobra la censura franquista, Julio Sánchez asegura que "tampoco era tan fuerte". "En ocasiones, te llamaban a comisaría y te decían que no era el momento de proyectar esa película, pero no iba más allá. Recuerdo que cuando proyectamos 'El Acorazado Potemkim' no pasó nada, pese a que era una sesión exclusiva para socios y terminaron entrando más personas", cuenta.

La labor documental del cine amateur en Aragón en un tiempo donde la televisión no había llegado a la mayoría de hogares españoles es otro de los aspectos destacados de la publicación de Alberto Sánchez. Un libro con crónicas a vuela pluma que "se salvó de milagro", como apunta Fico Ruiz. 

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Entrevista en 'La Cadiera' de Aragón Radio a Julio Sánchez Millán y Fico Ruiz
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