Las obras maestras que nacieron tras la gripe española

Los intelectuales que sobrevivieron a la gripe, contagiados o no, encontraron, de alguna manera, inspiración para sus creaciones. En nuestro país, lo hizo Valle Inclán, quien publicó ‘Divinas palabras’ en 1919. El comienzo de una década que significó su consagración definitiva como escritor. De su obra posterior se valoran especialmente sus obras de teatro, por las que se le considera uno de los mejores dramaturgos de la Edad de Plata de la literatura española. El otro es Federico García Lorca.

García Lorca, el granadino que consideraba que los pueblos eran libros y las ciudades, periódicos mentirosos, publicó entre 1921 y 1924 ‘Libro de poemas’, ‘Poemas del canje jondo’, ‘Primeras canciones’ y parte del ‘Romancero gitano’.

El poeta sevillano, Rafael Alberti, adalid de la generación del 98 tampoco perdió la inspiración durante la gripe española. ‘Soledades y otras poesías’ fue una realidad en 1918 y ‘Soledades, galerías y otros poemas’, llegó tan solo un año más tarde.

Lo curioso, es que todas estas obras maestras no trataban de la gripe ni de la I Guerra Mundial, aunque sus efectos puedan leerse todavía hoy entre líneas. Tras casi 100 millones de muertos, el mundo no podía ser el mismo.

En el de las artes, se produjo una ruptura violenta con el romanticismo para dar paso a las vanguardias. Desde la arquitectura con la Bauhaus y Mies van der Rohe o la pintura con Kandinsky a la música de compositores como Schönberg o Stravinski o al cine de Fritz Lang.