Las brujas de Trasmoz y las bodegas de Almudévar protagonizan 'Charrín Charrán'

Como cada domingo, 'Charrín Charrán' llega hasta los hogares de los aragoneses con el objetivo de descubrir diferentes rincones de la Comunidad, así como de recordar historias o leyendas que han llegado hasta nuestros días. En esta ocasión los viajes del primer programa en aragonés de la televisión llevan hasta Tramoz, junto al Moncayo, y Almudévar, en la Hoya de Huesca.

A Trasmoz se dirige Guillermo Gorría, Cachito, a la búsqueda de sus historias amagadas (escondidas) quien esta semana se encuentra con la leyenda de una bruja que Gustavo Adolfo Bécquer ayudó a inmortalizar: la tía Casca. Con su particular estilo, Cachito narra la historia de un pueblo que llegó a ser excomulgado por la Iglesia.

Silvia Cebolla, por su parte, desvela una de las particularidades de Almudévar. Además de por ser la cuna de Pedro Saputo y la localidad de origen de deliciosos postres, este pueblo de la Hoya de Huesca también se caracteriza por contar con originales bodegas que se encuentran excavadas en plena roca. En la actualidad todavía quedan 451 de estos particulares almacenes, que sirven habitualmente como lugar de reunión de las familias del pueblo, además de representar una interesante muestra de patrimonio popular.

El programa también analiza la profunda transformación que ha experimentado en los últimos años el sector de la fotografía, con la visita de Fernando Blas al plató. Este zaragozano lleva dedicado casi tres décadas al sector y actualmente es el propietario de dos tiendas en Logroño. En conversación con Silvia Cebolla analiza la forma en la que este negocio se ha tenido que reinventar para afrontar la transformación del tratamiento de la imagen, de analógica a digital.

'Charrín Charrán', como cada fin de semana, cuenta con sus secciones fijas. En Pizarra y clarión Juan Pablo Martínez finaliza su repaso al rico vocabulario del que dispone la lengua aragonesa relacionado con la cocina. Por su parte los más pequeños de la casa también tratan de arrancar una sonrisa con su propio espacio: Mundo machico.