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Capítulo 7. Inés de Poitiers. Un vientre de alquiler para salvar un reino

La desconocida madre de Petronila de Aragón

ARAGÓN CULTURA /
Ines de Poitiers
icono foto Ines de Poitiers

El 7 de septiembre de 1134, a causa de las heridas de batalla, muere Alfonso I, el Batallador. Lo hace sin descendencia y habiendo ratificado, solo tres días antes, su decisión de dejar como herederas del reino a las tres Órdenes Militares de Jerusalén. La tradición del reino, el honor de la nobleza y los intereses de la incipiente burguesía urbana veían sus intereses amenazados por un testamento inédito que en ningún caso podía hacerse realidad. Había que buscar una solución distinta. Y esa solución estaba en un convento. 

El hermano menor de Alfonso, Ramiro, se había criado entre monjes y su destino era la iglesia. Los nobles aragoneses lo hicieron rey.

"Con esta ocasión propusieron que guardando la naturaleza y obligación que debían tener a la línea y sangre de los reyes que habían sido, hiciesen elección del infante don Ramiro, hijo legítimo de su rey y señor natural, que era entonces monje de San Ponce de Tomeras y le recibiesen por rey; pues por estorbar mayores inconvenientes y escándalos que se podían seguir en el estado de la república en semejante caso, se debía permitir y tolerar como en tiempos pasados se había hecho en otros reinos … y pudieron persuadir a tantos que sacasen del monasterio un monje profeso para elegirlo por rey… Fue muy loada la lealtad de los aragoneses …"

Su coronación como Ramiro II es, sin embargo, solo una tregua en un mismo problema, la sucesión, al que se une la misma gestión del reino por parte de un hombre sin experiencia militar y cuya única aspiración es retirarse de nuevo a la vida religiosa.  

 "No por ambición de honores o deseo de enaltecimiento, sino únicamente por la necesidad del pueblo sediento y por la tranquilidad de la Iglesia, con plena voluntad y buen ánimo, asumí lo más alto de la potestad y la culminación regía y sucedí a mi hermano" 

Con la amenaza de Castilla sobre el reino, se pacta un matrimonio que asegure la sucesión y de nuevo se mira a Francia. Su abuelo, su padre, su hermanastro Pedro habían tenido esposas francesas, enlaces que siempre habían servido para reforzar la posición de los reyes de Aragón gracias a la ayuda que los caballeros francos habían prestado  invariablemente. Y en este caso la elegida fue Inés hija de Guillermo el Trovador, conde Poitiers y duque de Aquitania, hermana del poderoso Guillermo X que ostentaba la titularidad de ambos territorios y sobrina del conde Tolosa, sobrina además de Inés de Aquitania, la que había sido esposa de Pedro I. 

Inés presentaba una ventaja adicional y era su probada fecundidad. En aquellos momentos viuda del conde de Thouars y ya había tendido descendencia, al parecer tres hijos varones. Ramiro ya tenía una edad avanzada para la época y por eso las negociaciones fueron rápidas y el matrimonio se celebró en el último trimestre de 1135. La unión dio sus frutos inmediatamente y a los nueve meses nacía la hija de ambos, Petronila, y en ella se depositaron las esperanzas de la continuidad aragonesa 

Apenas tres meses después, una vez asegurada la supervivencia inmediata de la heredera, la función de Inés en Aragón había terminado y volvió a sus tierras de origen donde estaban los hijos de su primer casamiento. Nunca volvió a Aragón y terminó sus días en la muy importante abadía de Fontevrault. 

Si quieres saber más sobre Reinas, damas y señoras, mujeres ocultas en la casa Real de Aragón, puedes escuchar los podcast anteriores aquí

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