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Oscar que trascendieron poco: 'El paciente inglés', 'Toro Salvaje' o 'Fargo'

Seguimos recorriendo la historia de los Oscar y de las películas que dieron la campanada a la hora de obtener el máximo galardón

ARAGÓN CULTURA /
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Ya vimos en su momento que en lo que llevamos de siglo XXI, el premio más importante de la gala de los Oscar ha sido bastante polémico; sin embargo, esto se ha venido repitiendo a lo largo de la historia. Como en todo, el tiempo pone las cosas en su lugar y sabemos qué películas trascienden y cuales se quedan en anécdotas interesantes. 

En la edición de 1998 el cine bélico era el que parecía destinado a triunfar, con grandes películas como La delgada línea roja, Salvar al soldado Ryan y, sobre todo, La vida es bella… sin embargo, una comedia de época se llevó el gato al agua.

Shakespeare in love

Shakespeare enamorado sorprendió a todos en la gala llevándose siete premios, incluido guión, actriz, película y el sorprendente Oscar a la mejor actriz secundaria a Judi Dench por un papel que duró en pantalla ocho minutos. Se comenta que el poder económico de los hermanos Weinstein y Miramax tuvo mucho que ver con este resultado.

Londres, 1593, reinado de Isabel I Tudor. William Shakespeare, joven dramaturgo de gran talento, necesita urgentemente poner fin a la mala racha por la que está pasando su carrera. Por más que lo intenta y, a pesar de la presión de los productores y de los dueños de salas de teatro, no consigue concentrarse en su nueva obra: "Romeo y Ethel, la hija del pirata". Lo que Will necesita es una musa y la encontrará en la bella Lady Viola, con la que mantiene un romance secreto. Ahora bien, ella guarda dos secretos que él debe descubrir.

El siguiente caso nos lo encontramos un par de años antes. En 1996 la gran ganadora fue El paciente inglés, con 9 galardones. Pero tal como decíamos al principio, una de sus competidoras ha trascendido al paso del tiempo.

Fargo

Fargo de los hermanos Cohen era la gran rival de ese año. Como decimos, el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y, aunque la película de Anthony Mingella se ha quedado como un drama romántico de gran factura, Fargo, con spin off en forma de serie incluido, ha generado una nueva cultura de cine.

Un hombre apocado y tímido, casado con la hija de un millonario que le impide disfrutar de su fortuna, decide contratar a dos delincuentes para que secuestren a su mujer con el fin de montar un negocio propio con el dinero del rescate. Pero, por una serie de azarosas circunstancias, al secuestro se suman tres brutales asesinatos, lo que obliga a la policía a intervenir.

Saltamos de década y nos vamos a los 80. Nada más entrar en esta década nos encontramos un caso particular. No seré yo quien critique el trabajo de Morgan Freeman y Jessica Tandy en Paseando a Miss Daisy, pero en ese año se enfrentaban a una película inmensa dirigida por Oliver Stone: Nacido el cuatro de Julio.

Nacido el 4 de julio

Stone se llevó el premio al mejor director y también se llevó el premio al mejor montaje. Poco bagaje para una película con 8 nominaciones y a la que le pesó el hecho de que, aunque siempre resultón en taquilla, Tom Cruise no estaba bien considerado por la crítica.

Inspirada en la autobiografía de Ron Kovic. Segunda parte de la trilogía sobre Vietnam: muestra la historia de un joven que se alista como voluntario para ir a la guerra, convencido de que defender a su país es la mejor manera de demostrarle su amor. Pero sus convicciones cambiarán radicalmente cuando regrese como veterano de guerra, postrado en una silla de ruedas y atendido en un cochambroso hospital.

Lo cierto es que los años 80 no empezaron demasiado bien para los premios. Los dos últimos casos de los que voy a hablar fueron los dos con los que empezaba una década prolífica en lo que se refiere a la industria gracias, sobre todo, a la llegada del video y el acceso al mercado doméstico.

En el año 1981 una gran película contaba con 10 nominaciones y además era el canto del cisne de dos grandes estrellas del Hollywood clásico que, además, obtuvieron el galardón a la mejor interpretación masculina y femenina, Henry Fonda y Katherine Hepburn; sin embargo, a la hora del premio a la mejor película, una cinta deportiva se llevó el codiciado trofeo.

Carros de fuego

Un director con más bajos que altos en su filmografía y actores, salvo quizá Ben Cross, de quien hemos visto alguna cosa más, que no han tenido grandes carreras en el mundo del cine, no pudieron arruinar una gran historia basada en hechos reales; Carros de fuego.

En 1920, Gran Bretaña contaba con dos atletas excepcionales: Harold Abrahams y Eric Lidell. Las razones que los movían a correr eran tan diferentes como sus vidas: pertenecían a mundos distintos, cada uno tenía sus propias creencias y su propio concepto del triunfo.

El año anterior había ocurrido justo lo contrario. Una película deportiva era la favorita para llevarse todos los premios; Toro salvaje.

Toro Salvaje

El drama Gente corriente, dirigido por Robert Redford, consiguió la victoria en la categoría más deseada y empezó a gestar la leyenda que hablaba de la manía que la academia tenía hacia Martin Scorsese, algo que ya ha sido superado, aunque hayan pasado unos años. De las ocho nominaciones con las que contaba, Toro salvaje se llevó el de montaje y el de mejor actor, que estaba cantado, para Robert De Niro.

Jake la Motta es un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey. Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico muy violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, alcanza el éxito, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor debido a sus contantes salidas nocturnas con otras mujeres; por otro, la mafia lo presiona para que amañe combates.

Es cierto que las modas cambian y los ojos del tiempo nos hacen ver las cosas diferentes pero bueno, las quinielas de los Oscar se llaman así por eso, porque se aciertan igual que las quinielas del fútbol… muy poco.

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