Aragonautas de Fico Ruiz: conocemos a Pedro Cubero

A Fernando de Magallanes o a Juan Sebastián Elcano los hemos estudiado en el colegio así como todas sus proezas para dar la primera circunnavegación a la Tierra. Sin embargo, pocos conocíamos el nombre del aragonés Pedro Cubero que fue el primer ser humano en dar la vuelta al mundo en el sentido inverso al habitual, es decir, yendo hacia al oeste. 

Nacido en El Frasno en 1645, su prodigioso periplo lo plasmó en un extraordinario libro (al igual que Marco Polo) y que tiene algunas particularidades que lo hacen todavía más excepcional. Viajó solo o con ocasionales compañeros, recorrió territorios hasta entonces herméticos, como Rusia o Persia, y como su fin último era el de difundir el catolicismo, siempre que le fue posible hizo el trayecto por tierra (a pie, en carro, a lomos de caballerías, en camello, en trineo, etc.) o surcó en barcazas los cursos fluviales. La empresa le ocupó nueve años de su vida, entre 1670 y 1679.

Fue un trayecto que inició porque, tras ser ordenado sacerdote y nombrado canónigo doctoral en Tarazona, en su afán de aventuras, su celo misionero le movieron a abandonar ese cómodo “encierro” y dedicar su vida a la evangelización. Con dicho propósito, decidió marchar a Roma y ahí empezó su aventura que le condujo primero a París, Venecia, Austria y Hungría. Se desvió luego hacia el Norte y en pleno invierno y en trineo, hizo su entrada en Moscú. Malasia e Indonesia fueron las últimas etapas de su odisea antes de entrar en territorio español, las islas Filipinas.