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El cantante Diego Torres visita el plató de ‘Oregón TV’

Este sábado además, se estrena la sección en formato concurso ‘Tocando Fondo’

El plató de ‘Oregón TV’ recibe este fin de semana la visita del cantante Diego Torres, que llega desde Buenos Aires con un pedazo de éxito. “Dejadnos tranquilos” es el tema con el que va a trasladar a medios, comentaristas y tertulianos su hartazgo por ese regodeo en las malas noticias. Por si fuera poco con el Covid, sus variantes y nuevas olas, ahora también ocupan páginas y horas de emisión el apagón planetario, las superbacterias y un montón de desgracias y malos presagios. Lo mismo ya vamos necesitando un poquito de tranquilidad y de buen rollo en las informaciones y opiniones.

Retornan los políticos del Pignatelli a la parrilla oregonesa con Mientras tanto en el gobierno de Oregón. Y arrancan con Lambán demostrándole a Soro como estirar del mantel sin tirar dos vasos que ha puesto encima. Sólo le falta a ese espectacular número sustituir los vasos por personas. Y ahí que va el socio de gobierno a subirse en la mesa para que el presidente haga la prueba. ¿Acaso algo podría salir mal? Pues sí. Caída al suelo, golpe en la cabeza y pérdida de memoria. Aunque esto no tiene por qué ser necesariamente algo malo...

El animado grupo de amigos de Piso Compartido tiene un curioso caso de doble personalidad. Eduardo y Lorién se comen un jamón de jabugo que ha mandado la madre de Cayetano a su hijo. Casualmente están con la boca llena cuando el destinatario del delicioso regalo aparece en el salón. Y para sorpresa de los apandadores de sus amigos no solo no se enfada, sino que el robo le provoca alegría. Pero ojo, que no se queda la cosa ahí. Porque sale del salón, vuelve a entrar y le sabe malísimo lo que ha pasado. Algo raro está pasando, parece que hay un álter ego del muchacho en el mismo piso...

Roque y Adela siguen con el zapeo acostumbrado y se encuentran con una noticia curiosa: un multimillonario japonés va a viajar a la estación espacial internacional. Un hecho que no llamará la atención de la señora del cardado porque ella se hartó del Espacio cuando hizo dos años de Erasmus por aquellos lares. Además, ni siquiera aprendió inglés porque solo se juntaba con españoles. Un clásico interestelar.

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