Publicidad

Forta defiende la necesidad y la legitimidad del servicio público de la televisión

Recuerda que, al contrario de lo que ocurre en el resto de Europa, las televisiones privadas en España utilizan de manera gratuita el espectro radioeléctrico
Pulsa para ampliar

Las Televisiones Autonómicas que integran FORTA desean manifestar su rechazo a las descalificaciones efectuadas durante los últimos meses por las empresas privadas de televisión, cuya finalidad no es otra que eliminar o debilitar competidores, en perjuicio de la audiencia.

Por ello recuerdan que cualquier regulación del mercado audiovisual deberá tener en cuenta, como no puede ser de otra manera, no sólo los intereses económicos de las empresas privadas de televisión, sino también los intereses de servicio público que de forma comprobada y manifiesta, demandan los ciudadanos.

La legitimidad democrática y social de las televisiones públicas autonómicas es al menos tan contrastada como la de las televisiones privadas, y quienes atacan su existencia parecen desconocer el esfuerzo colectivo y las demandas históricas, a veces en difíciles circunstancias, que han dado lugar a ellas.

Las televisiones públicas eran ya una realidad asentada cuando se concedieron las primeras licencias de televisiones privadas, lo que no ha impedido obtener grandes beneficios durante los últimos veinte años. La fragmentación de la audiencia causada en fechas recientes por el aumento de canales es un reto para todos, que debe ser afrontado con respeto y juego limpio, más teniendo en cuenta que las televisiones privadas explotan de forma gratuita un bien escaso de carácter público, como es el espectro radioeléctrico.

Las televisiones privadas han hecho una aportación estimable a la sociedad a lo largo de casi veinte años. Del mismo modo, desde su fundación, las televisiones autonómicas han cumplido su objetivo de interés público, como es el fortalecimiento de la identidad política, cultural, lingüística y social de las comunidades autónomas, objetivo que no hubieran cumplido unas empresas privadas cuya principal motivación es el beneficio económico. Por esta razón ninguno de los dos modelos sobra y tal y como demuestran los resultados, el modelo de convivencia se ha manifestado provechoso durante dos décadas para el sector privado y para la sociedad. Por ello, si a través de estas manifestaciones, se cuestiona la legitimidad de la televisión pública para incrementar aún más los beneficios de unos pocos, quien saldrá perdiendo es la sociedad en su conjunto y con ello también la industria audiovisual y los miles de puestos de trabajo que genera su actividad.

Las Televisiones Autonómicas están aquí porque son necesarias y hacen una televisión responsable y pegada a la realidad, tal y como expresa cada día el interés de los ciudadanos, sin necesidad de recurrir a programas que buscan la audiencia y la rentabilidad comercial a cualquier precio. La fortaleza general de los programas informativos de las televisiones de FORTA indica, asimismo, que los espectadores perciben en ellos mayor calidad y pluralidad que en la oferta de los canales privados.






Madrid, a 4 de febrero de 2009