Zaragoza duplicará los sistemas de retención para reducir la llegada de toallitas a los ríos y riberas

Toallitas, discos de algodón, tampones.... Las depuradoras de Zaragoza retiraron más de 360 toneladas de residuos fibrosos el año pasado. Por eso, la sociedad municipal Ecociudad va a duplicar antes de que acabe 2022 el número de aliviaderos que contarán con sistemas de retención de sólidos para reducir la presencia de toallitas en los ríos y riberas de la ciudad. La decisión se ha tomado después del buen resultado de la prueba piloto desarrollada este verano: una malla colocada en el Ebro que ha recogido más de 250 kilos de este tipo de residuos en tan solo dos meses y medio. 

Los técnicos de Ecociudad han retirado hoy las primeras mallas instaladas a finales de junio en el parque de San Pablo, en el parque Bruil en el Huerva, y en el parque Ríos de Aragón, en el Gállego. El mecanismo está compuesto por unas planchas metálicas y unas grandes redes que actúan como coladores gigantes, reteniendo buena parte de los sólidos y dejando pasar el agua. 

La consejera de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, Patricia Cavero, ha destacado que el sistema ha despertado gran interés: "Tenemos en estos momentos en tres puntos de los ríos y pensamos en poner en otros tres o cuatro más. A la Confederación Hidrográfica del Ebro es una experiencia que le ha gustado, también se ha interesado la Confederación de la Cuenca del Tajo". Cavero ha explicado también que los técnicos de Ecociudad han comenzado a analizar ya en qué otros aliviaderos del Ebro, el Huerva y el Gállego puede instalarse. La previsión es implantarlo en tres o cuatro nuevos puntos antes de final de año. 

"Se va a intentar hacer una especia de triaje a ver sobre el peso qué tipos de residuos está reteniendo. Nos preocupa sobre todo el tema de incremento de toallitas y los percances y problemas en la explotación y en el funcionamiento de las instalaciones de saneamiento y las depuradoras", ha detallado Ignacio Castrillo, director técnico de Ecociudad. 

Desde el Ayuntamiento han recordado la importancia de no tirar residuos, de ningún tipo, al inodoro, ya que supone un grave problema económico y medioambiental. Todos esos productos contienen fibras que no son biodegradables o que tardan mucho más tiempo en descomponerse de lo que les cuesta recorrer la red de tuberías y llegar a las depuradoras. La consecuencia es que esas fibras se enredan a lo largo de las conducciones provocando atascos e importantes averías.