Zahara: “Zaragoza me ha visto crecer desde que decidí ir con mi guitarra a todas partes”

Es uno de los platos fuertes de la oferta musical de estas fiestas del Pilar. El 13 de octubre Zahara (Úbeda, 1983) lleva a Zaragoza ‘La Puta Rave’, un 'show' en el que exorciza los demonios que sacó a la luz en su disco ‘Puta’, hace ya un año y medio. Será en el Jardín de Invierno, ante un público más multitudinario que el que, como recuerda la cantante, iba a verla en sus primeras actuaciones en La Campana de los Perdidos: “Para mí salir de Madrid y otros lugares era complicado, pero (José Ángel) Rodizio, el propietario del local, se empeñaba en programarme. Desde que venían veinte o treinta personas hasta que llegó un momento en que se anunciaba la fecha y se agotaban las entradas en cinco minutos”. Por eso tiene un cariño especial por la capital aragonesa: “Es uno de los lugares que me ha visto crecer desde que decidí ir con mi guitarra a todas partes”.

Con ‘La Puta Rave’, Zahara continúa el viaje que comenzó con ‘Puta’, “un título bastante agresivo, porque también lo es el insulto que hemos recibido las mujeres a lo largo de nuestra historia”, explica. Si en ese trabajo la artista abría su corazón y gritaba con furia contra episodios de abusos o machismo que había sufrido desde joven, ahora sobre el escenario la rabia se convierte en celebración: “Es contar estas historias con el mismo mensaje, pero en lugar de hacerlo desde la autocompasión o desde la tristeza lo hacemos desde la euforia, desde la libertad”.

Y lo hace al ritmo de la música electrónica, que en esta gira cobra protagonismo sobre las guitarras, e inspirándose en las ‘raves’ y sesiones de DJ: “Lo que intento es que quien venga se deje impresionar por la música, las luces, los bailes, las remezclas y que salgan pensando que les ha pasado algo por encima”.

A punto de terminar la etapa de ‘Puta’, el balance es positivo

Con ‘Puta’, Zahara no solo se abrió el canal, también conectó con miles de mujeres que habían vivido episodios similares. Pronto cerrará esta etapa (la cantante prepara ya su próximo disco) y su balance no puede ser más positivo, a pesar del punto de partida desde el que empezó a trabajar: “Componer y crear este disco fue algo durísimo y complicadísimo, que me llevó a tocar realmente el fondo que necesitaba para poder impulsarme y empezar a entender todo lo que había vivido. Pero la conexión que ha habido con tantísimas mujeres, tantos hombres que han sentido que mi historia formaba parte de la de ellos, o que han visto en mi relato la expresión de lo que ellos han querido contar y no han sabido... eso ha sido tan potente que me siento en un momento de celebración absoluta”. “Ojalá no haber escrito nunca ‘Puta’, ojalá no haber tenido que vivir esto para haberlo escrito, pero una vez que ya está hecho lo que me ha traído ha sido tan precioso que solo siento gratitud y felicidad”, añade.

El episodio final de este viaje se publicó el pasado septiembre, es ‘Reputa’, un disco en el que Zahara comparte sus canciones con otros artistas como Carolina Durante, Shego, La Oreja de Van Gogh o María José Llergo, para convertirlas en una celebración: “Que ‘Puta’ sea este disco tan importante en mi vida y que lo que yo he contado también sea la historia de otras personas también es inspirador para dejar que esté en las manos y en las voces de otros”. Este proceso le ha permitido, además, volver a disfrutar de sus canciones al escucharlas en tercera persona, algo que considera un regalo: “Ya no podía disfrutar de ellas porque estoy presa, cada vez que canto dos canciones conecto con todo lo que he vivido. Sin embargo, cuando las escucho ahora las contemplo como algo precioso. Cuando yo las canto solo es un vómito que sufre y necesito sacar, ahora se han transformado en algo que es divertido, que es precioso, que es más rockero o que puedo bailar”.

Imagen de archivo de un concierto de Zahara. / Europa Press

No se considera un icono del feminismo

Zahara fue una de las mujeres que puso voz a un sentimiento que ha ido abriéndose paso hasta convertirse en un grito. Pese a ello, no se considera un icono del feminismo: “Por un lado necesitamos referentes, voces que se alcen y que no tengan miedo. Pero por otro parece cada vez más difícil no tenerlo. No abandero el feminismo, soy feminista y entonces mi música, mi discurso, mi presencia y mi cuerpo también lo son. Y voy a luchar contra el heteropatriarcado con las herramientas que tenga”.

Una actitud que ya le ha costado convertirse en diana de insultos en redes sociales o, incluso, de una campaña para censurar la portada de su disco, en la que aparece caracterizada como una Virgen. Un episodio que le sirvió como impulso: “Hubo un momento en que me planteé si merecía la pena. Pero luego te das cuenta de que si te callas, de que si empiezas a mirar alojamientos en Canadá para huir del país, ellos ganan. ¡Al revés! Lo que tengo que hacer es alzar más la voz y ya está. Vamos a intentar no callarnos, hay que luchar por nuestros derechos”.

Precisamente por eso, no entiende comentarios como los que, por ejemplo, justificaban los gritos machistas que los alumnos del colegio mayor Elías Ahuja profirieron a las alumnas del centro de enfrente como si fueran ‘algo normal’: “Es que no es normal. Cuando a mí en el colegio me hacían ‘bullying’ decían que eran solo cosas de niños, o cuando un señor mayor me acariciaba la pierna en el metro me explicaban que no pasaba nada, porque estaba chocheando. Mira no, perdona, basta. No vamos a justificar las cosas que han sido normales otras veces, porque lo normativo, que es lo que llamamos normal, es algo que hay que revisar continuamente, porque no es lo mismo ahora que hace diez años o diez minutos. El feminismo también va de eso, de revisarse, escucharse y entender que la sociedad es mucho más de lo que tú has creído que era, que a lo mejor te falta información”.

En este sentido, asegura que le da “muchísima pena” que algunas de esas justificaciones llegaran de las propias alumnas: “Al final te das cuenta de que el problema del machismo es que no va de hombres y mujeres, es un sistema que siempre vence, que siempre gana, porque está bien creado para ello, para destruirnos”.

La cantante trabaja ya en su próximo disco

Tras publicar canciones que hablan directamente sobre ella, sin metáforas y de forma muy cruda, Zahara se enfrenta al desafío de continuar componiendo. Lo hace, asegura, con tranquilidad y sin miedo a seguir explorando su oscuridad: “Por un lado siento una liberación enorme. Yo ya he hecho el disco de mi vida, ya gané muchos premios, lo valoraron muy bien, conecto con mucha gente... me he quitado esa presión. Además, he descubierto el placer de expresarme de esta manera tan explícita, de no tener pudor, de no pensar en complacer...entonces me doy cuenta de que en lo nuevo que voy haciendo, por un lado algunas letras hablan de otras cosas, pero otras son más duras incluso que las de ‘Puta’”.

Y en lo musical, la puerta a la electrónica va a seguir abierta: “Estoy experimentando con las máquinas y estoy descubriendo nuevos sonidos, que me parece divertidísimo, pero también echo de menos algo más acústico. A mí me encanta todo, no tengo problemas con la música ni con los instrumentos ni con los géneros; al revés, conecto con algo y lo exploro”.

Además de su carrera en solitario, la cantante forma parte del proyecto ‘_juno’ junto a Martí Perarnau. El dúo publicará su segundo disco el próximo año: “Ya está remasterizado y en fabricación. Es una evolución muy bonita del anterior, en algún sentido es menos electrónico y hay mucha más canción. Estamos deseando compartirlo”.