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A LAS 3:00 SERÁN LAS 2:00

Ya está aquí el horario de invierno que a pocos convence

Los expertos relativizan el ahorro energético que actualmente supone la medida

ARAGÓN NOTICIAS /
Un hombre señala las manecillas de un reloj. (EP)
icono foto Un hombre señala las manecillas de un reloj. (EP)

Nos guste o no, le encontremos sentido o simplemente nos quejemos durante las primeras horas y luego nos adaptemos sin más a la nueva rutina, este domingo 31, a las tres de la madrugada habrá que retrasar los relojes a las dos. O no, porque la mayoría de los dispositivos inteligentes ya lo hacen de forma automática. 

Con suerte, el domingo, al despertar, si no tenemos ningún compromiso temprano, no sabremos realmente en qué hora vivimos hasta que nos demos cuenta de que ya estamos en el horario de invierno. Seguramente tendremos hambre antes de hora y ese día nos iremos a la cama más cansados de lo habitual o nos desvelaremos a medianoche. No hay mayor problema. Ya lo pagaremos el lunes. O el martes (el 1 es festivo para una gran mayoría), cuando muchos vean más luz de lo habitual al subir la persiana por la mañana y el ánimo se les venga abajo cuando salgan de trabajar y vean que la noche se les echa encima.  

Quienes más desorientados se pueden encontrar, al menos durante las primeras horas del nuevo horario, son los más pequeños de la casa, según advierte Teresa Cenarro, vicepresidenta de la asociación española de Pediatría de Atención Primaria y presidenta de la aragonesa. "Los niños más pequeños todavía no tienen un ciclo del sueño muy establecido y con el desajuste de luz puede que experimenten una pequeña alteración para conciliar el sueño", explica. Una circunstancia que, según aclara, "no va más allá de unas alteraciones mínimas y de un pequeño ajuste de adaptación que se acaba resolviendo sin mayor problema en la mayoría de los casos". 

El cambio de hora no está exento de una polémica  creciente en los últimos años, ya que algunos expertos defienden su mantenimiento, sobre todo por razones de ahorro económico o de organización social, mientras que otros creen que en una sociedad digitalizada ya ha perdido la utilidad con la que fue ideado y no resulta beneficioso para la salud.

Para José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), el cambio de hora, en principio, “puede ser bueno para las empresas, pero no creo que tenga una incidencia especial en las familias". El tradicional cambio coincide en un momento de precios disparados de la luz y el gas. “En la mayoría de los casos, rara vez puedes elegir el momento para realizar los consumos de la casa y una hora de diferencia tampoco supone mucho”, considera. 

Menos ahorro del que se piensa

El ahorro en el recibo eléctrico también puede estar en duda, a juicio del experto y miembro de la Comisión de Energía del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, Rafael Riquelme, para quien la evolución tecnológica que ha supuesto en la última década la bombilla led, que permite un ahorro del 80% en el consumo sobre la bombilla incandescente, hace este cambio “cada vez menos relevante”. A esa mejora añade Oliván la mayor eficiencia de la mayoría de los electrodomésticos de la casa.  

“Una industria cementera que trabaja 12 horas no se va a ver afectada por el cambio de una hora”, pone Riquelme como ejemplo. Se trata, más bien, de una cuestión de índole sociológica referida a los hábitos de consumo. “Que haya más o menos luz puede animar al consumo doméstico y a las compras”, estima. 

En cambio, apunta, el ahorro de las familias puede venir más bien por otra vía, la de pasar de forma temporal el suministro del gas a la tarifa de último recurso (TUR), ya que, a juicio de Riquelme, el Gobierno ha “alterado” el mercado doméstico imponiendo un descuento de un 20% para aquellos clientes que no consuman más de 50.000 kilovatios hora al año, lo que da margen para una inmensa mayoría de los consumidores y puede permitir un ahorro de entre 80 y 100 euros este próximo invierno.

"Al Gobierno le preocupa mucho la pobreza energética, que una familia pase frío porque no pueda pagar la calefacción aunque tal y como ha establecido la medida, a ella pueden adherirse clientes como una cadena de supermercados o una entidad bancaria que quiera ahorrar en sus sucursales", advierte. 

Una decisión aparcada

En 2018, la Comisión Europea organizó una consulta pública para conocer la opinión de los ciudadanos europeos, en la que el 80 % de los 4,6 millones de personas que participaron votó a favor de terminar con el cambio horario. “No hubo consenso incluso ni entre los países promotores de la iniciativa y, ante la gran controversia que generó se dejó para más adelante”, recuerda Riquelme.   

En España, alineada con el huso horario de Berlín, se creó en septiembre de ese mismo año un comité de expertos que llegó a plantear el abandono del horario actual y la asunción para todo el territorio nacional de un único huso horario: el vigente en las islas Canarias, el mismo que rige en Portugal y Reino Unido.

Sin embargo, el Gobierno finalmente no tomó ninguna decisión concreta y, de hecho, todos los Estados miembros de la UE han decidido mantener de momento este cambio estacional dos veces al año (el último domingo de marzo y el último de octubre). La irrupción de la pandemia ha hecho cambiar por completo las prioridades y no se le ve una fecha de caducidad a la medida. 

Oliván considera más relevante que todo eso el racionalizar los horarios de trabajo, de tal manera que se homologuen a los del resto de Europa para acabar con la apertura de muchas tiendas hasta las 22:00 horas y los turnos laborales de 9:00 horas a 17:00 horas. 

Por su parte, el doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla y profesor titular de su Departamento de Física, José María Martín Olalla, es uno de los defensores del cambio de hora porque la considera "útil" para acompasar la vida laboral de la sociedad a la luz diurna.

"Si mantuviéramos ahora el horario de verano, en dos meses más el amanecer se produciría hacia las 10:00 horas en algunos lugares de España" y, de la misma forma, "si a partir de marzo mantuviéramos el horario de invierno, en otros dos meses más empezaría a amanecer a las 5:00 horas en otros lugares", con lo que, en un caso o en otro, sería un desajuste que sí afectaría a los ciudadanos.