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INNOVACIÓN

Peines, macetas o juguetes: la nueva vida que el proyecto aragonés Wasamask quiere darle a las mascarillas

Esta iniciativa, desarrollada por Itainnova y que ya ha sido validada a escala industrial, propone la instalación de contenedores en las farmacias para su recogida

ARAGÓN NOTICIAS /

La gestión de la enorme cantidad de nuevos residuos generados por la pandemia, en forma de mascarilla, es un reto que, en la actualidad, sigue sin abordarse. No existen opciones implantadas para poder obtener un aprovechamiento, y el fin es la eliminación en el vertedero. El objetivo del proyecto Wasamask pretende la transformación de productos sanitarios de un solo uso ya desechados en productos con una vida más larga, incluso no perecederos, como pueden ser peines, macetas o juguetes.

El Instituto Tecnológico de Aragón Itainnova acaba de validar, a escala industrial, el método de reciclaje de mascarillas desarrollado por el grupo de Diseño y Desarrollo de Materiales del centro público aragonés, a partir del cual ha sido posible la fabricación de peines.

Lo ha hecho en colaboración con la empresa Denroy, líder en el sector del plástico en Irlanda del Norte, y con la Universidad del Ulster, con quienes firmó un acuerdo de I+D de nuevas tecnologías y conocimientos relacionados con los polímeros, su reciclaje y valorización. También se ha validado la recuperación de los residuos industriales generados por esta compañía en la fabricación de mascarillas Denpro FFP3, obteniéndose en este caso cepillos de pelo.

La validación del proyecto ha sido presentada este martes en el laboratorio químico de Itainnova, con la participación de la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz; la directora del centro, Esther Borao; el coordinador de Investigación y Tecnología de Denroy, Alberto Lario y los investigadores de Itainnova, Cristina Crespo y Pablo González.

La responsable autonómica ha agradecido la capacidad de reacción del centro tecnológico ante “la pandemia de plástico que trajo también la Covid”, con 350 toneladas anuales de desechos no reciclables por mascarillas según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, y ha destacado el resultado innovador del proyecto “en el que los materiales se reciclan, se transforman y se vuelven a generar útiles”.

“Wasamak demuestra –ha afirmado- la investigación puntera que realiza Itainnova para anticiparse a los retos del futuro, mitigando la crisis climática y avanzando hacia una economía circular de alto valor añadido. Un enfoque que se erige como indispensable, ya que el futuro de la humanidad dependerá en gran medida de cómo articulemos ese nuevo sistema en el que seamos capaces de valorizar los residuos, impulsar alternativas a productos fabricados con materias primas no renovables y, en definitiva, plantearnos una existencia más respetuosa con el medio ambiente”, ha concluido.

Una idea que ha defendido también la directora del centro, Esther Borao. “Este es un gran ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede sumar fuerzas y ayudar en este caso, a proteger el medio ambiente y contribuir en la neutralidad climática. Retos que, como sociedad, tenemos actualmente y debemos afrontar juntos si queremos superarlos”, ha dicho.

También el coordinador de I+D de Denroy ha insistido en el enfoque medioambiental del proyecto. “La apuesta por el uso de materiales reciclados en productos de alto valor añadido es clave para reducir la huella de carbono y hacer un uso más sostenible de las materias primas”, ha afirmado.

Durante la presentación, se ha explicado cómo, para completar el proyecto, el grupo de Diseño y Desarrollo de Materiales (DDM) de Itainnova y el Grupo de Decisión Multicriterio (GDMZ) de la Universidad de Zaragoza (Unizar), han propuesto una solución para la recogida de este residuo como paso previo a su reciclaje en una ciudad piloto como puede ser la capital aragonesa.

Los investigadores implicados en esta solución de recogida de mascarillas son Alberto Turón y Celia González, por parte del GDMZ de Unizar; y Pablo González y Cristina Crespo, del DDM de Itainnova.

Del estudio teórico realizado se ha concluido que la opción más adecuada es la recogida de mascarillas mediante la instalación de contenedores en las farmacias de la ciudad, ya que es la opción más favorable desde el punto de vista económico y medioambiental, además de recibir un amplio apoyo por parte de la población encuestada.

Esta recogida supondría en Zaragoza la recuperación anual de unas 274 toneladas de material, que podría valorarse en un ahorro en costes de producción de nuevos productos de 436.000 euros. Además, se evitaría la emisión de 318 toneladas equivalentes de CO2, procedentes de la no reutilización del material de las mascarillas.

En este sentido, Pablo González ha comentado que “una parte importante de la circularidad es la recuperación de los residuos”. Se ha tomado como ejemplo la ciudad de Zaragoza, por ser una población de tamaño medio en cuanto a habitantes y con suficiente extensión como para ser representativa de otras.

Se han planteado tres alternativas para la recogida de mascarillas; mediante la instalación de contenedores en diferentes puntos: en las calles, en las farmacias o en centros públicos, como centros de salud, hospitales, centros educativos... Para la toma de decisión de la mejor solución, se han tenido en cuenta tres criterios, que son los que marca la directiva europea de contratación pública: económico, medioambiental y social.

La metodología de resolución se basa en la aplicación del Proceso Analítico Jerárquico. En la que “los aspectos sociales considerados en el modelo valoran tanto las preferencias del ciudadano por las alternativas propuestas, como la importancia de cada uno de los criterios en la decisión final. Para ello se realizó una encuesta a una parte de la población de Aragón. Para la valoración de los aspectos económicos y medioambientales se tuvieron en cuenta los costes asociados a la recogida y las emisiones equivalentes de CO2”, según explica el profesor Alberto Turón. “Se trata de contar con el criterio de los futuros usuarios del servicio de recogida a la hora de decidir sobre la mejor alternativa, además de los criterios económicos y medioambientales”.

Hay que recordar que el método de reciclaje Wasamask para mascarillas quirúrgicas y FFP2 fue presentado hace justo un año, con una gran repercusión. Su investigadora principal, Cristina Crespo, recibió unos meses más tarde la Medalla al Mérito Civil por su trabajo, concedida por la Casa Real de España en una audiencia con motivo del séptimo aniversario de la proclamación de Felipe VI. Ese ha sido el máximo reconocimiento a la labor del equipo que lidera en el Instituto Tecnológico de Aragón.