Publicidad
UNA DÉCADA SIN ETA

"Hay que combatir a los asesinos, no a las ideas"

El exdelegado del Gobierno, Javier Fernández, y el aragonés Javier Garrido, víctima de ETA, destacan que la política se esté defendiendo en las instituciones y no "disparando por las calles"

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Foto de archivo de la manifestación en protesta del asesinato de Miguel Ángel Blanco.

Cuando se cumplen diez años del fin de la actividad terrorista de ETA, quien fuera Delegado del Gobierno en aquellos días, Javier Fernandez, profesor de Derecho Constitucional ha apoyado la participación normalizada de Bildu en la vida política. "Es absurdo que queramos combatir las ideas, lo que hay que combatir es a los asesinos, a los que matan". Y ha sentenciado: "prohibir a los que defienden determinadas ideas yo creo que no, salvo lo que es delictivo, que para eso está el código penal". Así lo ha manifestado en el programa Buenos Días Aragón, donde ha analizado los diez años del fin de la banda.

"Fue una sensación de alivio extraordinaria", ha expresado Fernández. "Fue un anuncio esperado durante mucho tiempo. Teníamos información que que se iba a producir y fue un alivio enorme. Ha costado décadas de un dolor extraordinario", ha recordado. Un dolor que sufrió en primera persona el aragonés Javier Garrido, que ha acompañado a Fernández en el plató de Buenos Días. Perdió a sus padres y a su hermano en un atentado de ETA en 1986. Ahora, diez años después del cese definitivo de la banda terrorista, ha asegurado que prefiere ver a un partido metido en política y en las instituciones, antes que  matando en la calles

"Yo prefiero ver al entorno de Bildu en el Senado y en el Congreso que no disparando por las calles, es una diferencia abismal", ha asegurado Garrido. La política, dice, "está para defender todo, incluso con lo que no nos gusta y no estamos de acuerdo, pero lo importante es que no se utilice la violencia y en eso estamos ahora ¿no?". 

Garrido ha asegurado que cada víctima es diferente, pero en su caso reconoce que cualquier muestra de arrepentimiento es un paso más. Él mismo ha narrado que coincidió con un etarra relacionado con el atentado donde asesinaron a su familia durante la celebración de un juicio. "No puedo decir que tuviera sentimiento de odio, porque era una persona de los arrepentidos. Y es difícil, cuando estás metido en esa locura, ser capaz de dar un paso y decir esto no tiene que ser así", ha explicado. Y ha añadido: "Era casi un punto mas de alegría, porque se van dando pasos para una normalización y una paz… ese era mi sentimiento".