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VUELTA AL COLE

La ciencia recuerda: aulas ventiladas y medición del aire

El científico aragonés José Luis Jiménez lidera una investigación que demuestra que las enfermedades respiratorias se contagian por aerosoles

ARAGÓN NOTICIAS /
Aula de un colegio aragonés, durante el pasado curso escolar.
icono foto Aula de un colegio aragonés, durante el pasado curso escolar.

El investigador aragonés José Luis Jiménez, catedrático de la Universidad de Colorado y coautor de un reciente estudio publicado en la revista Science recuerda, de cara a la vuelta al trabajo y fundamentalmente a las aulas, que el coronavirus puede permanecer suspendido en el aire hasta una hora y advierte del papel esencial de una correcta ventilación, las mascarillas o incluso los filtros HEPA. “Es muy importante ventilar los espacios en los que compartimos el aire, como las aulas. El investigador aragonés recomienda que, en interiores, la ventilación sea "continua" (todo el tiempo, mientras se comparta el aire), "cruzada y distribuida", para evitar zonas muertas, y "medida", mediante aparatos que registren la concentración de CO2. Ni cinco minutos entre clase y clase, ni ventanas abiertas de par en par, ni ventilación a ojo. 

Para él, es clave tener las ventanas abiertas en todo momento, "para crear un flujo de aire que ventile bien el ambiente”, indica el científico. En el caso de la vuelta a las clases, también recomienda que cada escuela cuente con un medidor de CO2, ya que “es una manera muy fácil de ver si estamos ventilando correctamente”.

Jiménez también se refiere a las mamparas, de cuyo riesgo previene: "La ventilación se hace más difícil con mamparas laterales. Imagina a alguien fumando en una habitación llena de mamparas, el humo se queda atrapado entre ellas y da más tiempo a las personas de alrededor a respirarlo", explica. Y afirma con rotundidad: "las utilizadas en oficinas y escuelas hay que quitarlas lo antes posible".

Tesis contraria a la de la OMS

El investigador aragonés ha estado un año refutando la postura oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), contraria, "por razones históricas", según Jiménez, a reconocer que la COVID-19 se transmite por el aire. Hasta que, finalmente, el organismo internacional ha dado su brazo a torcer. Una postura, la del científico aragonés, alternativa y minoritaria durante mucho tiempo, con la que rompió esquemas asentados en mitad del desconocimiento general, cuando cundía el miedo por el peligro de contagio por contacto con superficies y objetos, mientras el virus -explica- campaba a sus anchas por el aire de los espacios cerrados o mal ventilados.   

Pero sus argumentos sobre el contagio por aerosoles han acabado por convencer, incluso, a la revista científica Science, tras haber dejado desdibujadas teorías como la del contagio por contacto de superficies, la de las ondas de corto recorrido que dibujaban las gotas secretadas por las toses y los estornudos, como única forma de transmitir el coronavirus a juicio de la OMS.

Detalle de uno de los gráficos que ilustran la investigación del grupo de José Luis Jiménez, publicada de Science.

El científico aragonés ha liderado un equipo internacional e interdisciplinario de investigadores con el que han llegado a la conclusión que todas -o casi todas- las enfermedades respiratorias, y no solo el SARS-CoV-2, se transmiten por el aire, a través de los aerosoles. "El SARS-CoV, la gripe, el sarampión y los rinovirus que causan el resfriado común pueden propagarse a través de aerosoles", anuncian en el estudio. Estos aerosoles pueden acumularse en el aire en espacios interiores y permanecer en él durante horas, según han explicado en Science. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el pasado mes de abril que la COVID-19 se propaga por la inhalación de aerosoles a corta y media distancia, un año después del comienzo de la pandemia, que trastocó al planeta entero. La creencia dominante se basaba en que los virus respiratorios, incluido el SARS-Cov-2, se propagan principalmente a través de gotas producidas cuando las personas infectadas tosen o estornudan, o al tocar superficies contaminadas. 

Ahora, este grupo de investigadores va más allá y anuncia que no solo el coronavirus se propaga por el aire, sino que la mayoría de enfermedades respiratorias también lo hacen. “Si vas a la página web de la OMS o a la del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), nos dicen que la gripe se transmite como nos decían en la COVID antes de la pandemia, por gotas y superficies. Los aerosoles no eran importantes, ni siquiera los mencionaban”, explica el investigador.

El científico aragonés alega que la OMS no admite que la mayoría de enfermedades respiratorias se propagan a través de aerosoles, “por la misma razón por la que ha tardado un año en aceptar que la COVID se transmite por el aire, porque había una gran resistencia por razones históricas”. Este paradigma se remonta a hace un siglo, según ha señalado el equipo de investigadores. La transmisión por vía aérea fue rechazada a principios del siglo XX por Charles Chapin, destacada figura en salud pública. Este rechazo se produjo ante la preocupación de que mencionar la transmisión por el aire podría asustar a la gente y desviaría la atención de las prácticas de higiene.

 “El contagio dominante se produce porque de algunos infectados sale un humo invisible infeccioso, que se comporta como el humo del tabaco. Nosotros nos infectamos al respirar este humo invisible”, sentencia Jiménez sobre la transmisión aérea de los virus.

Y, ¿qué podemos hacer para evitarlo? “Puedes hacer tres cosas. La primera es echar el virus fuera a través de la ventilación, la segunda es mediante la mascarilla o un filtro HEPA, así no respiramos el virus y la tercera es tratar de matar el virus a través de técnicas como las luces ultravioleta. Esta última opción es muy mala idea, si se utilizan elementos como el ozono o la lejía, porque suelen generar contaminantes tóxicos”, explica Jiménez.

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