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ECONOMÍA

Unas 300 empresas aragonesas con negocio en Ucrania y Rusia miran con incertidumbre el conflicto

Gobierno de Aragón y Cámara de Zaragoza recomiendan mantener un "buen nivel de comunicación" con sus socios y con sus interlocutores en destino y "valorar todos los riesgos"

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene su impacto en Aragón.

Rusia atacaba Ucrania a las cuatro de la madrugada de este jueves. Comenzaba así una guerra de la que ya está pendiente todo el mundo, y también Aragón. Muchos empresarios trabajan con los países de esa zona: textil, alimentación y maquinaria son los productos que más exportamos. Unas 300 empresas aragonesas con negocio en Ucrania y Rusia miran con incertidumbre el conflicto armado. También, la asociación Asistencia a la Infancia muestra su preocupación, ya que los niños y niñas que pasan en la Comunidad estancias en Navidades y verano permanecen en la zona. Son solo algunas de las consecuencias de una contienda que tiene en vilo a los intereses económicos y sociales, y sobre la que se hablará en el programa Objetivo de este sábado, a las 13:30 horas, en Aragón TV en el reportaje 'Daños Colaterales'.

Hasta 300 empresas de la Comunidad tienen lazos comerciales con Rusia y Ucrania. Así lo explica Nieves Ágreda, subdirectora de Cámara de Zaragoza: “Ucrania es un destino pequeño, pero importante en cuanto el número de exportadores. El año 2021 lo vamos a cerrar con 35 millones de euros de exportación y son más de 150 las empresas que están exportando a Ucrania”.

125 millones de euros en exportación

Por su parte, el director general de Economía del Gobierno de Aragón, Luis Fernando Lanaspa, indica que Rusia, para Aragón, es un mercado "muy pequeño": "Aproximadamente a lo largo de todo el año 2021 se han exportado un poco más de 125 millones de euros y esta es una cifra muy estable en el tiempo”.

Ante esta situación, Ágreda recomienda mantener un "buen nivel de comunicación" con sus socios y con sus interlocutores en destino, "valorar todos los riesgos" y proteger también tanto las operaciones de cobro como para otro tipo de operaciones de riesgo. Lanaspa anima a diversificar: "Hay que tener muchos mercados abiertos. Si estás volcado solo en un país, pues corres el riesgo de que ante un conflicto o ante una pandemia -que Dios no quiera que veamos más- pues te veas gravemente afectado”.

Así lo ha hecho la empresa aragonesa, Fersa Bearings, que exporta rodamientos a diferentes países del mundo, entre ellos, Rusia, Bielorrusia y Ucrania. "Actualmente, Rusia supone en torno a cuatro millones de euros de facturación y Ucrania y Bielorrusia en torno a 1,9 millones, lo que hace en torno al 5% de nuestra facturación global la suma de los tres países", explica el director general de la compañía, Pedro Pablo Andreu.  

Su intención es la de duplicar datos en los próximos cuatro años. Por el momento, aseguran que sus contratos a largo plazo no corren peligro y para su segmento de recambios para la demanda local de fabricantes pequeños, ya están empezando a tomar medidas: "Lo que estamos haciendo es controlar los niveles de inventario por si hubiera un potencial embargo o cualquier potencial sanción que minimizara las ventas en el futuro", indica Andreu.

"Rusia es una potencia en la exportación de gas", explica Natividad Fernández, catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza: "La única tercera alternativa sería Irán, pero tal y como están las cosas, las sanciones que estamos obligados a poner o que de alguna manera se nos impuso de Estados Unidos a Europa que había que imponer a Irán, pues nos cierra esta vía. Argelia está en 'stand by' y nos queda la vía rusa. Si la vía rusa se cierra, las consecuencias económicas para toda Europa pueden ser muy importantes, no solo por la elevación de los costes del gas y del petróleo, sino por lo que eso supone en cadena de encarecimiento de todos los demás productos”. 

Zaragozanos que han vuelto a casa desde Ucrania 

Además de las afecciones económicas, no podemos olvidar las pérdidas humanas, siempre la peor parte de un conflicto armado. Por eso, antes de que estallara el conflicto, algunos de los españoles que vivían en Ucrania intentaron volver al país. Es el caso del zaragozano Arturo Rambla, que ha recorrido cerca de 3.500 kilómetros en tres días para dejar su ciudad de adopción, Kiev, y acabar en su ciudad natal. 

Arturo Rambla dice que los perjuicios de la guerra ya se están sintiendo en España y en Aragón. "El tema de la luz, la electricidad, combustible, estas subidas ya han empezado y continuarán”, asegura. "Esto se estaba calentando, calentando y yo dependía de que llegara la valija para poder salir del país. Llegó el momento en el que el Ministerio de Asuntos Exteriores hace oficial el comunicado y la embajada propone hacerme un salvoconducto. En esas fechas ya no había billetes de avión disponibles y además costaban muchísimo dinero. Entonces tomamos la decisión de salir en coche", explica al equipo de Aragón TV. 

Rambla llevaba más de 25 años viviendo y trabajando en Ucrania, y asegura que se enteró de las tensiones por los WhatsApps de sus familiares: "Mi madre me preguntaba si de la embajada no nos mandaban noticias de cómo estaba el tema”. Explica que se decidió a salir del país por sus hijos: "Estaba muy preocupado por mis hijos, principalmente. Ese es el motivo principal por el que decidió venir, digamos antes de tiempo”. 

Un viaje que hizo acompañado de su familia y también de sus miedos. Los perjuicios de la situación dice que ya los está notando en su trabajo: "Logística directa no hemos encontrado y hemos tenido que descargar en Polonia, y luego desde Polonia, una compañía local nos los trasporta hasta la frontera de Ucrania y, luego, otra tercera compañía. Al final, se soluciona, pero con sobrecostes y más rompimientos de cabeza".

Asistencia a la infancia

Por su parte, la Asociación Asistencia a la Infancia, encargada de programar estancias temporales en verano y Navidad, también está preocupada por los niños necesitados de Ucrania, que ya están deseosos de volver a verlos cuanto antes. 

"Desde la Asociación, lo único que podemos hacer en caso de emergencia es que el Gobierno de Aragón se ponga en contacto con el de España, y el de España con Ucrania, a ver si dejaban venir a los críos, a todos los que pudieran venir, incluso alguno más si se pudiera. Ya los iríamos metiendo donde fuera y si no, en nuestras casas, para salvarlos de allí", dice Agustín Abadía, presidente de  Asistencia a la Infancia Huesca.

Mykola es uno de esos niños, ahora ya mayor. Llegó a España hace años con este tipo de acogimiento. Hoy permanece aquí gracias a los estudios. Es huérfano y también allí tiene familia de acogida. Ellos le van informando. Volver ahora, asegura, podría conllevar consecuencias que no desea: "Están preocupados porque los que son mayores de edad los pueden llevar cualquier día a la guerra. Ahora, si me voy a Ucrania, también hay posibilidad de que me puedan llevar". Por ese motivo, no se moverá de su querida Huesca.

Espacio aéreo cerrado

Ucrania ha cerrado el espacio aéreo y se han cancelado todos los vuelos. "Hemos tenido contactos de líneas ucranianas que han contactado con nuestros servicios comerciales para estudiar esta posibilidad", explica Pedro Sánchez, director general de Tarmac Aragón, la empresa dedicada al estacionamiento, mantenimiento y reciclaje de aeronaves del aeropuerto Caudé, de Teruel.

Dejar sus aviones en zona de conflicto puede suponerles graves consecuencias, explica Sánchez: "Los daños causados por motivos de guerra, desastres naturales, actos terroristas no están cubiertos por la póliza de seguros de las aeronaves y ese podría ser el motivo de querer sacar esas aeronaves a lugares seguros. Y en ese caso, cuando dejan de volar tienen que estar sometidos a los programas específicos de mantenimiento y preservación y estacionamiento durante periodos prolongados en los que no está en servicio". La llegada de estos aviones supondría un aumento de contrataciones en Caudé para realizar estos programas.