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SEMANA DEL EMPRENDIMIENTO. DÍA 5

Una herencia enquistada se convierte en una apuesta por el medio rural

Leticia Romeo vive en Caniás (Huesca) con su familia, tras conseguir un patrimonio de 24 fincas en la zona

MAR BURGUEÑO /
icono foto Leticia Romeo en Caniás (Huesca).

Leticia Romeo llevaba más de 15 años viviendo en Escocia cuando decidió volver a su tierra natal, Aragón, y apostar por el medio rural. Una herencia familiar enquistada a lo largo de los años subastada en el Juzgado de Jaca (Huesca) fue el detonante de su nuevo comienzo en Caniás, núcleo de población que depende administrativamente de Jaca (Huesca), junto a su pareja y sus hijos. "Teníamos el dinero ahorrado, vimos la oportunidad y ni nos lo pensamos", cuenta sobre sus comienzos.

Así es como se encontraron con un patrimonio de 24 fincas, una extensión que reconoce "era mucho más" de lo que necesitaban. Por eso, ahora vende varios de los terrenos adquiridos a personas que quieran asentarse en el territorio y generar riqueza en la zona. "Queríamos ser consecuentes con la gente que, como nosotros, había tenido problemas en encontrar una vivienda", explica Leticia. 

Publicitaron los terrenos en varios portales de internet y despertaron el interés de más de 75 personas que querían comenzar una nueva vida en el campo. "Nos explicaban sus proyectos y todos teníamos un objetivo común: las ganas de asentarnos en el medio rural", cuenta. El perfil de los asistentes es muy variado y ya los han visitado músicos, artistas que buscan un espacio donde crear, arquitectos, directores de cine o jóvenes con ganas de emprender. "La idea es crear un territorio vivo, con oportunidades", indica Leticia. 

"Tengo ADN rural"

Por el momento, se han reservado cinco campos y dos ya han sido vendidos "sin especular, a precios razonables", según explica. Además, esta iniciativa se ve con buenos ojos desde la población más longeva del lugar, que se muestra "contenta" ante la idea de que gente joven se asiente en el ámbito rural y se combata así la despoblación. 

Leticia, natural de Ayerbe (Huesca), quiso volver a Aragón para "intentar aportar" los conocimientos desarrollados en el extranjero en su tierra. "No solo me llamaba tener a mi familia cerca, sino también aportar todas esas cosas vividas fuera y sobre todo, que mis hijos tengan arraigo en esta zona. Que sepan que pueden volver a esta zona, aunque viajen fuera; que esta es la tierra que han mamado" -explica Leticia- "Tengo ADN rural", indica sonriente. 

Los trámites burocráticos, la escasez de oportunidades y la dificultad de encontrar una vivienda en la 'España vaciada' fueron algunos de los problemas que tuvieron que sortear en familia. "Lo más difícil es encontrar un terreno a un precio asequible. Si el 80% del dinero que tienes se va a comprar una vivienda, te quedas sin un techo donde cobijarte", denuncia. 

Sin embargo, las ganas de seguir intentándolo vencieron a las dificultades y ahora disfrutan de una vida en pleno Pirineo aragonés. "Mucha gente me decía, ¿Cómo has vuelto aquí?. Pero, yo siento que, en este momento de mi vida, este es el lugar ideal. Sentimos que tenemos mucho que dar al territorio, y esta es nuestra manera de hacerlo", concluye.