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TURISMO VERDE

Desconectar para reconectar en un año marcado por la COVID-19

El turismo más cercano a la ganadería y la agricultura gana adeptos en un año en el que la gente necesita más que nunca "moverse, hablar y escuchar" debido a las restricciones por la COVID-19

ANA MANCHO /
Una mujer en la  'La Borda de Pastores'.
icono foto Una mujer en la 'La Borda de Pastores'.

En los valles pirenaicos de la Ribagorza, en Montanuy, algunos animales tienen nombre. Los que tratan de acercarse a niños que los han visto siempre a través de una tablet, o de un cuento. Allí pueden pasear con las vacas Milka y Brida, las ovejas Paloma y Congui, el burro Mariano y la cabra Estrella.

"Los niños que vienen se sorprenden de que las vacas no son todas blancas y negras, sino que también las hay de color pardo, o de que las gallinas ponen huevos del color que tienen ellas" asegura  Esther Cereza, responsable de Casa Quintana...Tanto nos hemos separado de la naturaleza que a veces lo más evidente es lo más distante.

Visitantes en 'Casa Quintana'.

Pero más allá de la anécdota, los niños y también sus padres "aprenden a conocer los ritmos de la naturaleza, a apreciar que gracias a las vacas que cada verano suben al monte a comer, el bosque está controlado; y sin madera que quemar también se reducen los incendios" recuerda Cereza.

Este año, esto se ha acelerado con la pandemia. "Tenemos un jardín grande y, para Semana Santa, nunca había visto tanta gente a la vez dentro" recuerda Quintana. Queda aún algún sitio libre en julio, pero agosto está completo asegura: "La gente necesita salir al aire libre"

Izaskun con su hijo Alain en  'La Borda de Pastores'.

Cerca de allí, en La Borda de Pastores, que está en la Pardina de Ayés en Sabiñánigo, Izaskun JIménez, tuvo la misma idea, pasar las vacaciones al aire libre. Neumóloga en el Complejo Hospitalario de Navarra, ha vivido de cerca la enfermedad y esa conciencia de lo sufrido hace que extreme las precauciones con su hijo de tres años: "A día de hoy nos cuesta llevarlo a los parques infantiles. Desde que sales de casa le dices que no toque nada y si lo hace, el gel hidroalcohólico siempre presente. Y nos apetecía que tuviera libertad, que se olvidara de las manos, de la mascarilla y que pudiera jugar libre", asegura.

Alain con un perro en  'La Borda de Pastores'.

En la Borda pueden ser pastores por un día. Cogen zurrón y tocho, el bolso y el bastón de los pastores y salen con las ovejas. "Esto es una granja viva, nos adaptamos a los animales, no ellos a nosotros. Por la mañana los vamos a buscar al monte para llevarlos a casa sobre las 11:30 horas cuando comienza a hacer calor y luego por la tarde les volvemos a llevar al monte" relata Teresa Nogueras, propietaria junto con Vicente Sancho de la granja.

Una niña mira a las ovejas en 'La Borda de Pastores'.

De las 400 ovejas, alrededor de 200 están preparadas para parir en agosto. "Es muy bonito porque es un parto muy limpio y ven cómo les cortamos el cordón umbilical y los tratamos. Además, los corderos enseguida se ponen de pie" asegura Nogueras. Todo se completa con una comida al estilo del pastor, con migas y ternasco o hamburguesa también de ternasco.

Asegura que en julio, sobre todo, la primera quincena ha habido mucha más demanda de alojamiento que en 2019, "porque la gente lo necesita y lo busca". 

Visitantes buscando trufa en 'La Casa el francés'.

Hay que esperar un poco más, hasta noviembre, para ser truficultor por un día. Es lo que ofrece Teresa Salamero en la Casa 'el francés' de Bellestar, en Graus. "La gente necesita muchísimo estar en la calle, moverse, hablar, y escuchar.

Por la tarde bajan por el mismo barranco que utilizaban las mujeres para ir a lavar la ropa hasta que llegan a la explotación donde los perros buscan las trufas "A la gente le encanta todo. Son tres horas que te vas del mundo. El año pasado estábamos a -7ºC y la gente estaba feliz en el monte buscando las trufas" recuerda Salamero. 

Un perro buscador de trufas en 'La Casa el francés'.

Al terminar les dan una tapa con trufa: "Puede ser huevo frito con trufa, puré trufado, aceite de oliva también trufado, incluso les dejamos la trufa y el rallador para que ellos se lo preparen" asegura Salamero.

Visitantes probando las trufas en 'La Casa el francés'.

"Con la pandemia eran todos de Huesca, Sabiñánigo, pero también hay catalanes y madrileños...Gente que venía solo a esto", asegura Salamero. Eso sí hay que esperar hasta el 15 de noviembre para hacer una excursión así.