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EDUCACIÓN

Un curso para abordar lo que esconde una mala letra en los niños y cómo poder mejorarla

La Asociación Aragonesa de Psicopedagogía pone en marcha un curso para profesionales de la enseñanza y padres con técnicas para enseñar a escribir

MADALINA PANTI /
El curso se realizará entre enero y febrero del 2023. / Pexels.
icono foto El curso se realizará entre enero y febrero del 2023. / Pexels.

La escritura es una habilidad que se va adquiriendo desde los primeros niveles educativos. Los primeros trazos cuando alguien comienza a aprender a escribir son imperfectos y, precisamente, los profesionales de la enseñanza son los que acompañan en esta etapa para que se desarrollen emocional y personalmente. Una mala letra no es solo cuestión de estética sino que puede esconder otros problemas. 

Por octavo año consecutivo, la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía aborda los retos de la escritura en los alumnos con la realización de un curso de formación para que estudiantes, maestros, pedagogos, psicólogos o padres interesados por el tema, enfoquen correctamente el aprendizaje de esta disciplina. El objetivo no es obtener una caligrafía bonita sino una estructura fluida. "Solo les piden que hagan la letra redonda o que sea perfecta para no tener que borrar. Desde pequeños les cargan de una responsabilidad la cual no están ni preparados para solventar", recalca Mónica González, miembro de la Junta Directiva de la asociación y coordinadora del curso. 

Bajo el nombre, '¿Por qué nuestros alumnos escriben mal?', el curso se llevará a cabo entre el 17 de enero y el 2 febrero del 2023. En él se ofrecerán métodos y herramientas para la enseñanza de la escritura en infantil y primaria, el tipo de letra a instruir, las dificultades emocionales que produce o cómo abordar problemas específicos del aprendizaje como las altas capacidades, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Síndrome de Asperger o dislexia. 

Únicamente hay 20 plazas presenciales por orden de inscripción, además de 30 plazas para seguir la retransmisión en streaming. Todavía se aceptan inscripciones en el siguiente enlace.  

El papel de los profesores es primordial en la enseñanza de la escritura. / Freepik.

Cambios en la enseñanza

Uno de los problemas que se ha detectado es la temprana edad en la que se comienza a escribir. "En Infantil se hacen actividades que corresponden a Primaria. Adelantando, apuramos a los niños a situaciones para las que no están preparados y les damos instrumentos, pero no deberíamos a esa edad", comenta Mónica González. "La ley no dice que haya que escribir a una edad antes de llegar a Primaria. Empezar antes provoca un retraso madurativo importante", añade Cristina López, psicóloga y especialista en grafología infanto-juvenil y reeducación. 

Una cuestión que se repite en los siguientes niveles educativos. "Cuando llegan a Primaria muchas veces no se entiende lo que escriben, no consiguen llegar a tiempo o no plasman los conocimientos en el examen que sí que tienen. "Hay alumnos que llegan a Bachillerato y se tienen que enfrentar a la EvAU y ven que no llegan. Hay que darles sesiones de reeducación", indica López. 

Para los profesionales de la enseñanza también hay dudas e incertidumbres sobre cómo conseguir que se coja bien el lápiz o cómo detectar errores. Las expertas también denuncian que el modelo de escritura sigue siendo tradicional y a los maestros no se les prepara: "Cuando aprenden a ser maestros, la escritura no se enseña. La sociedad va cambiando y avanzando pero seguimos enseñando como antes. Algunos colegios tienen una férrea pauta para siempre jamás", insiste López. Asimismo, González resalta que con la digitalización, la acción de apretar una pantalla es "mecánica y no hay toma de decisiones" y con la escritura manual sí.  

Pautas y prevención

El desafío de la escritura tiene diferentes causas. Uno de ellos es la disgrafía, un trastorno del aprendizaje que produce dificultades en la coordinación de los músculos de la mano y el brazo. López incide en que tres de cada cuatro disgrafías son de niños, simplemente por un proceso evolutivo en el que las niñas aprenden antes a hablar, a leer y por tanto,a  escribir. Para evitarlo, lo más importante es la observación desde edades tempranas: "A través de los dibujos, cuando coge una pintura o cuando traza con los dedos. Si nos fijamos en sus gestos, veríamos qué es lo que hacen mal. Si un niño lee mal, va a escribir mal. Si pronuncia mal, escribe mal. Hay que solucionar esos problemas antes". 

En 1956, surgían los conocidos cuadernillos Rubio de caligrafía cuya tradición llega hasta nuestros días. Durante 66 años han sido el apoyo de varias generaciones y la solución que encontraban muchas familias y profesores. González insiste en que eso ahonda más en el problema: "Les compran cuadernillos y los ponen a repetir y el vicio se hace más profundo". López por su parte puntualiza que hay que fomentar su buen uso: "Los cuadernos de caligrafía no son malos, pero hay que saber que se utilizan cuando ya se sabe escribir. Si no, lo que hacen es cometer los mismos errores en todas las páginas". 

La solución pasa por ejercicios motrices y la adaptación para cada alumno: "Un trabajo de psicomotricidad puede hacer muchísimo. Si la escritura que les proporcionamos, las formas gráficas previas son más sencillas y le proporcionamos las pautas adecuadas, vamos a tener la capacidad de absorber numerosas dificultades. Vamos a facilitarles que cada uno elija lo que mejor le conviene", subraya LópezGonzález también afirma que la implicación de los padres es esencial en el proceso: "No encontramos bibliografía que ayude a los padres y tengan un modelo. Estaría bien hacer una pequeña reunión con las familias y dar pinceladas sobre qué cuestiones tienen que tener en cuenta". 

Cuaderno de caligrafía. / www.rubio.net