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PANDEMIA

Tres años de COVID en Aragón: 467.000 casos, más de 5.400 fallecidos y 3,2 millones de vacunas

El 12 de marzo, los primeros casos de la nueva enfermedad ponían a los hospitales contra las cuerdas. Tras sufrir picos de 1.300 contagios diarios en 2020, y de 8.200 en 2021, hoy apenas se registran 20 casos al día, la gran mayoría sin gravedad

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de archivo de sanitarios aragoneses de UCI con pacientes infectados.

El 12 de marzo de 2020, Aragón confirmaba 15 casos de coronavirus. El día anterior, la Organización Mundial de la Salud había declarado que la nueva enfermedad podía caracterizarse como una pandemia. En aquel momento, esa cifra hacía saltar todas las alarmas, aunque ese número sería anecdótico cuando, meses después, los contagios diarios superaran los 1.300, y hasta los 8.200 en la oleada de finales de 2021. Y dos días faltaban para que, el 14 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara a todo el país la aprobación del estado de alarma y el consiguiente confinamiento domiciliario, que duró más de tres meses. 

Desde entonces han pasado tres años. Más de mil días conviviendo con la COVID-19, que ahora supone apenas 20 contagios diarios, la gran mayoría sin gravedad.

Tanto ha cambiado la situación, que los hospitales aragoneses han pasado del colapso por el elevado número de ingresos en planta, que llegaron a los 348 en abril de 2020, y UCI, 21 pacientes el 27 de marzo, a no registrar actualmente ni un solo paciente en cuidados intensivos por el virus, según los datos del portal de Transparencia del Gobierno de Aragón. Además, se han producido 5.448 fallecimientos, según estos datos, aunque no se registra ninguno desde finales de enero.

"El inicio fue horrible", recuerda María Pilar Figueras, jefa del servicio de Medicina Interna del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Los sanitarios luchaban contra un virus que no conocían, con unos síntomas cambiantes y con un pronóstico incierto. "Ingresaban 20 o 30 personas y a lo largo de la tarde habían muerto 10. Poníamos tratamiento y nada hacía efecto. Con el tiempo, aparecieron las unidades de alto flujo, que ayudaron mucho. En este momento la situación está mucho mejor", recalca. 

Como ella, los profesionales de la Sanidad iban a ciegas y aun así le plantaron cara al virus sin dudarlo y con escudos improvisados, con EPIs rudimentarios, que eran poco efectivos. 

Los sanitarios, en primera línea 

La mayoría de los trabajadores de la unidad de Figueras enfermaron. En los primeros 15 días de confinamiento, 19 de los 26 sanitarios se habían contagiado. A pesar de sufrir en sus propias carnes los estragos de la Covid, volvían a la primera línea de batalla en cuanto podían: "A los cuatro días ya queríamos volver. Todo el mundo llamaba para ver si la PCR era negativa y podía volver a trabajar".

El apoyo de todos los trabajadores, fueran de la especialidad que fueran, fue vital en la lucha contra esta enfermedad. "Nosotros estábamos al frente y los demás apoyaron cuando nosotros no podíamos más. Todo el mundo iba a una, eso es lo que más hemos sacado de positivo", comenta.

En aquel momento, las UCIs se desbordaron. En los momentos más crudos de la pandemia, en los hospitales se doblaban turnos y se duplicaban camas. Los sanitarios sacaban tiempo y espacio de donde no había. Todo para salvar la vida de los que ingresaban. 

En la mente de Juan José Araiz, jefe del servicio de UCI del hospital Clínico, hay una fecha grabada a fuego: el 4 de abril de 2020: "Ese día tuvimos 57 pacientes en UCI con Covid". Una cifra que chocaba frontalmente con las capacidades del servicio, que contaba con 34 camas. 

Entre sus recuerdos se agolpan también los de las despedidas. Muchos pacientes fallecían y ellos no tenían herramientas ni conocimientos para luchar contra el virus que amenazaba tantas vidas. "Era una patología nueva. Fallecían en el 50% de los casos y según las edades, hasta en el 80%", lamenta Araiz. En total, desde que comenzara la pandemia han fallecido más de 119.000 personas en España. 

Vacuna contra la COVID-19.

A pie de cama estuvieron también los enfermeros. A pesar de los EPIs y de las distancias de seguridad, estuvieron más cerca que nunca del paciente y sirvieron de enlace entre el enfermo y la familia, que esperaba cada día las noticias al otro lado del teléfono o de una videollamada, en el mejor de los casos. 

"Llamábamos a sus familias o les poníamos una 'tablet' para que se despidieran, sin saber si iban a volver a verlos o no", cuenta Marta Palacios, supervisora de la UCI Médica del hospital Clínico. Momentos muy duros, que también lo fueron para ellos, para los sanitarios que veían como el adiós dolía incluso más por la distancia que la pandemia había impuesto. 

Por suerte, los tratamientos se fueron adaptando y la esperanza de vida se amplió. El 27 de diciembre de 2020, nueve meses después de la irrupción del virus, las primeras vacunas llegaban a Aragón y con ellas la esperanza. Poco más de dos años después, en la Comunidad se han inoculado más de 3,2 millones de dosis. 

Parece mentira, pero en tres años se ha pasado de llevar mascarilla en todo momento, a retirarla salvo de centros sanitarios, y se ha pasado de vivir con miedo a respirar tranquilos gracias a la ciencia y la medicina.