Las torres de la central térmica de Andorra ya son historia

En apenas unos segundos y con un sonoro estruendo las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra han desaparecido tras 40 años formando parte del horizonte turolense. 

Las tres moles de hormigón de 107 metros de altura, 83 de diámetro y casi 13.000 toneladas cada una se han reducido a escombros, desapareciendo así un símbolo de la industria de la zona, que dará paso a una nueva etapa de producción de energía verde, una vez concluyan los trabajos de desmantelamiento de la térmica.

Acto seguido, mientras se escuchaban los aplausos del equipo humano que ha hecho posible la demolición, y ante la mirada de los curiosos que se han acercado a las inmediaciones de la central térmica, han implosionado las 38 piscinas de agua colocadas alrededor de las torres para atrapar el polvo y las partículas en suspensión derivadas del derrumbe.

A las 11:30 horas se ha accionado el botón de la voladura, en la que se han empleado 270 kilos de dinamita, de los que unos 90 se han ubicado en la parte baja de cada torre. 

"Lo he vivido con mucha emoción"

"Lo he vivido con mucha emoción y todavía con un nudo en el estómago porque era una instalación muy importante y vinculada a la zona, a la que le hemos dedicado mucho esfuerzo, muchísimos trabajadores de Endesa y contratas -ha dicho el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, momentos después de la detonación-. Hemos invertido mucho y es una central de la que estamos muy orgullosos, pero ahora estamos en un proceso de Transición Energética". 

Montaner ha añadido: "Queremos estar orgullosos de continuar estando presentes en la comarca con el Plan de Acompañamiento de cambiar la central por fuentes renovables". "Queremos seguir contribuyendo a la riqueza de esta zona". El director general de Endesa en Aragón ha defendido que los costes de mantenimiento de la central han obligado a demolerla. 

"Esta instalación tiene 40 años y está preparada para ese tiempo. Lamentablemente, los costes de mantenimiento son muy elevados y, además, la autorización administrativa recoge su demolición. No hay propuestas rentables para mantenerlas", ha explicado el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner. 

El de hoy supone un paso decisivo en el desmantelamiento de estas instalaciones, que cerraron en 2020 y que comenzaron a desmontarse el 25 de febrero de 2021. 

Según Endesa, la demolición “supone todo un hito, no solo por el simbolismo de las estructuras, sino, sobre todo, desde un punto de vista técnico”. La empresa ha anunciado que se ha diseñado un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad.

Andorra pasará a generar 1.800 megavatios de energía limpia

De esta forma se continuará el desmantelamiento de la central. Los trabajos, calculan desde la empresa, todavía durarán unos años. "Queda mucho por hacer. Llevamos año y medio trabajando, pero queda por delante el desmantelamiento de las zonas de calderas, la chimenea  y la zona de sulfuración", ha indicado Montaner. 

En total, estiman que los trabajos generarán más de 200.000 toneladas de residuos, de las que 40.000 serán derivadas del derribo de las tres torres de refrigeración.

Ahora, el futuro de Andorra pasará por la energía verde. "Creemos que le espera un futuro brillante a la zona. Hemos trabajado en que el proceso de desmantelamiento fuese una transición, generando puestos de trabajo y riqueza", ha subrayado el director general de Endesa en Aragón. 

La localidad pasará de generar 1.100 megavatios de energía a base de la quema de carbón, a generar 1.800 de energía limpia, gracias a las plantas fotovoltaicas que están proyectadas en las inmediaciones.