Publicidad
ARAGÓN

Comienza la temporada de caza menor, marcada por la sequía y el calor del verano

Esta práctica genera cada año más de 260 millones de euros en la Comunidad, donde hay casi 47.000 cazadores y 1.500 cotos de caza, la mitad deportivos

ARAGÓN NOTICIAS /
Este domingo comienza la temporada de caza menor en Aragón. | 'Objetivo'
icono foto Este domingo comienza la temporada de caza menor en Aragón. | 'Objetivo'

Este fin de semana se inicia la temporada de caza menor en Aragón, modalidad que incluye especies como liebres, zorros, perdices y otras aves, y conejos. Una campaña que estará muy condicionada por la falta de lluvias de los último meses. 

"La perdiz ha criado muy mal", explica David Fernández, meteorólogo de Aragón TV. "La sequía y las altas temperaturas han afectado a la cría; muchas no se han reproducido y otras han sacado adelante dos pollos cuando lo normal son ocho o diez", explica. Estas condiciones también ha afectado a la caza mayor, cuya veda se levantó el tercer sábado de septiembre. "Hemo visto este año correr jabalíes por el río Huerva, en Zaragoza, buscando alimento y agua, que les faltan en sus hábitat normales", señalaba, a modo de ejemplo.

La caza es una práctica histórica, denostada por muchos, pero necesaria, aseguran desde el sector, para mantener el equilibrio entre especies. Cuenta con muchos adeptos en Aragón. Este año, se han expedido 46.873 licencias, 3.500 más que el año pasado. Del total, 28.000 cazadores están federados, ya que solo es preceptivo para practicar este deporte en los cotos deportivos.

Impacto en el medio rural

Se trata una actividad que genera un importante impacto económico para el medio rural, que según un estudio elaborado en 2016 por Deloitte, asciende a 263 millones de euros anuales.

Por un lado, supone una fuente extra de ingresos para muchos ayuntamientos que cuentan con un coto de titularidad municipal. Es el caso de Loarre (Huesca), que recibe alrededor de 25.000 euros al año por este concepto. “Con este dinero, reforzamos las actividades de conservación del monte, mantenimiento de pistas, senderos e infraestructuras contra incendios”, explica el alcalde de la localidad, Roberto Orós.

En la Comunidad hay casi 1.500 cotos de caza, de los que la mitad son deportivos. Del total, 264 son privados y 288 municipales. En cuanto a los precios de una tarjeta de caza para toda la temporada, van desde los 100 a los 3.000 euros. 

Pero la actividad económica de la caza no se queda aquí, porque al gasto de las tarjetas se suma el del equipo. La Guardia Civil concede las licencias de armas tras un examen teórico, uno práctico y un reconocimiento médico. Se renuevan cada cinco años. Cuando se llega a los 60 cada dos y a partir de los 70, cada año. 

Y ya con la licencia en el bolsillo los cazadores necesitan un arma. Los precios son muy variados, y una escopeta automática puedo costar desde 800 euros. "Y si hablamos de jabalí, los rifles semiautomáticos que son los que más se utilizan para batidas, parten de los 1.000 euros. Si le ponemos un visor de altas prestaciones, ya se nos dispara el precio, porque andan entorno a los 1.600, 2.000 o 3.000 euros, explica María Liso, gerente de la Armería Liso, en Zaragoza.

Otro sector directamente beneficiado por la actividad cinegética es el hostelero. “La caza supone para un negocio de hostelería poder mantenerse en el invierno”, explica el responsable del restaurante El Santuario, ubicado en Orihuela del Tremedal (Teruel). “Si no fuera por la caza tendríamos que estar cerrados. Los fines de semana, entre que se preparan y van a cazar, viene muchísima gente", añade. 

Impacto en el medio natural

Los defensores de la caza aseguran que la actividad es necesaria para la conservación de especies y del medio natural. Contribuye, por ejemplo, al control de las plagas de conejos en las zonas afectadas, en las que puede cazarse esta especie durante todo el año.

 "Cada día cazamos más y los controlamos, y sigue habiendo conejos”, apunta Juan Ballestero, actual campeón de España de caza menor con perro y natural de Plenas (Zaragoza). “Si no los cazáramos, no sé qué pasaría… La agricultura cada día tendría menos rendimiento en sus tierras porque hace mucho daño”, explica.

El jabalí es otra especie en expansión. Lo sabe bien Juan Carlos Navarro, cazador en la zona de Valpalmas (Zaragoza). “A pesar de todos los que se están cazando, vemos que cada vez el jabalí va a más y eso genera que, por estas carreteras sinuosas, te puedas encontrar por la noche uno de estos animales”, con el consiguiente riesgo de accidente, explica. “Y lo malo no es el coche, sino la persona que va dentro", concluye.

El relevo generacional

Uno de los principales retos que tiene por delante la caza, sin embargo, es el de rejuvenecer la edad media de sus aficionados.

"El colectivo va envejeciéndose a pasos agigantados", asevera el presidente Federación Aragonesa de Caza, Miguel Ángel Girón. Aunque Juan Carlos Navarro se muestra optimista, y apunta a que  "seguirá entrando gente, porque es una afición que engancha”. “El reto infundir a los jóvenes que empiezan el respeto a los animales, el cuidado de los animales el resto del año, el manejo responsable de armas, y eso cada vez se hace mejor porque somos más cuidadoso", concluye.

Guardado en...

caza menor caza mayor sequía