Stellantis para de nuevo la producción ante la falta de microchips

Apenas seis días ha durado la actividad normal en la planta de Opel España en Figueruelas tras la vuelta de las vacaciones de verano. La crisis de los semiconductores obliga nuevamente a la factoría de Stellantis a parar la producción desde este mismo domingo hasta, en principio, el próximo jueves 26 de agosto. Un día antes, la dirección de la planta comunicará si cuentan con suministros suficientes para reanudar la fabricación.

Una situación que no tiene visos de mejorar a corto plazo y que preocupa enormemente tanto a los 5.500 trabajadores de la plantilla zaragozana, inmersa en dos ERTES y de la que ya se han descolgado este verano unos 300 empleados temporales, como a las empresas de la industria auxiliar del automóvil, que en la Comunidad dan trabajo a entre 12.000 y 15.000 empleados.  

Desde el comité de empresa de la planta de Figueruelas, su presidenta, Sara Martín, ha explicado que el anuncio de la dirección del grupo de iniciar un nuevo paro productivo "sinceramente, cayó como un jarro de agua fría entre los trabajadores" y les genera una sensación de "impotencia".

La escasez mundial de chips semiconductores está afectando seriamente desde comienzos de año a la industria automovilística, enfrascada como está en sacar adelante los nuevos modelos eléctricos. Por el momento, ya ha provocado un descenso del 19% en la producción respecto a 2020 y del 33% respecto a 2019.

Dependencia de un mercado en crisis y ya tensionado

La crisis provocada por el coronavirus y otros factores externos, como la sequía que sufre Taiwán, uno de los productores de referencia, ha llevado al límite un mercado concentrado principalmente tanto en este país como en Corea del Sur, y que ya se encontraba bastante tensionado de por sí a causa de la gran demanda que desde hace un tiempo ocasiona el desarrollo del 5G y los nuevos vehículos eléctricos (un coche puede incorporar del orden de 50 microchips). De fondo, la batalla geoestratégica que mantienen gigantes como China y Estados Unidos, que impulsan planes propios multimillonarios para acabar con la dependencia exterior que sufren sus mercados interiores.  

Figueruelas, que en condiciones normales fabrica 2.000 coches al día, suma ya cinco jornadas sin actividad en agosto y 30 en lo que llevamos de año. Una situación a la que no son ajenas el resto de fábricas del grupo, como la de Vigo, que este mismo domingo también inicia un paro, en este caso de siete días. 

A nivel global, el recién nacido grupo Stellantis, con más de 5.900 millones de euros de beneficio y un margen operativo del 11,4%, acumula entre enero y julio 1.200 millones de euros que ha dejado de ingresar. Ello, pese al optimismo que su director financiero Richard Palmer quiso trasladar a comienzos de mes, cuando consideró que no habría "más bloqueos significativos" en Europa y Estados Unidos por la falta de componentes. 

La maniobra del nuevo C3 Aircross 

"Estamos preocupados y ocupados. Lo que hacemos es intentar adelantarnos a los problemas, variamos la fabricación en función de los componentes que disponemos, fabricando unos vehículos y no otros, con flexibilidades llevadas al extremo que antes no teníamos", explica Mariano Aparicio, responsable de lanzamiento del nuevo C3 Aircross de Citroën que se fabrica en Figueruelas.

La maniobra para eludir la escasez de semiconductores les lleva incluso a traer las piezas en avión para reducir los tiempos en la logística y así poder mantener la producción, aunque con altibajos, del nuevo modelo que trae cambios en el frontal, las luces y los controles. Todo para cumplir la aspiración de que sea uno de los cinco SUV más vendidos del mercado. Una apuesta 'made in Spain', tal y como significa la directora de comunicación de Citroën, Paula Bartolomé: "Somos la única marca que hay en España que está produciendo en tres fábricas y es que además se produce desde Zaragoza para todo el mundo".