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COVID-19

Buena aceptación de la exigencia de mostrar el pasaporte COVID

La gran mayoría del público del ocio nocturno y de los conciertos se muestra a favor de una medida que, creen, ayudará a controlar los contagios

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de una joven a las puertas de un local de ocio nocturno en Zaragoza.

Aragón ha vivido la segunda noche con la obligatoriedad del pasaporte COVID para acceder al ocio nocturno y a eventos con más de 500 personas. La entrada al concierto de Aitana, que congregó a 6.500 asistentes, se registró sin incidentes y con agilidad. La misma tónica que en el resto de establecimientos nocturnos de la capital aragonesa, donde prácticamente todos los usuarios aprobaban esta medida.

“Cuando faltaba una hora para que empezara el concierto ya estaba el 50% del pabellón lleno. Ha salido todo rodado y la gente ha venido preparada", señalaba Paco Díaz, director del pabellón Príncipe Felipe, repleto mayoritariamente de público joven.

Esta medida demuestra que estás vacunado y nos da más seguridad. Es una manera de confirmar que la cultura puede ser segura”, exclamaban a las puertas del recinto un grupo de tres jóvenes amigas que habían asistido juntas al concierto.

Entre el público, también muchos padres que acompañaban a sus hijos menores de edad. “Me parece estupendo para que estemos todos lo más seguros posible. Mi hija todavía no ha cumplido 12 años, así que está sin vacunar, aunque estamos esperando con muchas ganas que llegue el momento”, señalaba la madre de una menor. Además de su pasaporte COVID, también había tenido que mostrar el DNI de la joven, para acreditar que no estaba inmunizada exclusivamente por cuestiones de edad.

"Ha sido una locura"

Los establecimientos del ocio nocturno también han tenido que adaptarse a esta nueva normativa. “Hemos tenido que contratar más personal en la puerta, lo que supone un coste añadido para la sala. Nos hemos buscado la vida para tener una aplicación que lea el código QR, nadie nos ha explicado cómo hacer el proceso…”, lamentaba David Martínez, responsable de seguridad de Mamanucca.

Según sus sensaciones, el público que asistía a la sala de fiestas estaba respondiendo “sorprendentemente bien”. “La gente viene muy preparada, aunque siempre vaya a haber algún despistado”, sentenciaba Martínez.