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MISIÓN HUMANITARIA

Ser matrona en Yemen, un país en guerra desde hace casi una década: la misión de una enfermera aragonesa

Rocío Calvo, enfermera y matrona aragonesa, se desplaza al país árabe en febrero para trabajar junto a Médicos Sin Fronteras en el Hospital General de Abs, donde tienen 1.000 partos al mes

MAR BURGUEÑO /
Rocío Calvo trabajará como matrona para Médicos Sin Fronteras en Yemen durante, al menos, seis meses. / Rocío Calvo
icono foto Rocío Calvo trabajará como matrona para Médicos Sin Fronteras en Yemen durante, al menos, seis meses. / Rocío Calvo

Ser matrona en un país en guerra. Es el reto que ha decidido aceptar la enfermera aragonesa Rocío Calvo que, a sus 28 años, cambia la "comodidad" de su trabajo en el hospital Santa Caterina de Gerona -especializado en partos naturales- por la inseguridad de un hospital ubicado en Abs, una ciudad al noroeste de Yemen, país que actualmente lleva nueve años en una guerra que parece no tener fin.

"Yo estaba en un momento de mi vida muy bonito. En un trabajo que me encantaba, viviendo en un entorno natural con mis amigos. Pero sentí que era el momento de hacerlo. Es algo que siempre he querido: cooperar y dedicarle unos años de mi vida. Ahora no tengo ataduras y quizá en un futuro sea más complicado hacerlo porque también quiero ser mamá", cuenta Rocío, ilusionada por emprender esta aventura que comenzará en febrero. 

Se decantó por Médicos Sin Fronteras (MSF) hace ya nueve meses, cuando comenzó un proceso de selección largo tras el que fue elegida para llevar a cabo una misión de un año de duración en total dividida en dos periodos de seis meses. "Yo les escogí a ellos como organización, y ellos decidieron por mí la misión que más se adecuaba a mi perfil. Por eso me voy a Yemen", explica la enfermera y matrona, que comenzó su trayectoria profesional en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. 

Allí trabajará el primer periodo de seis meses en un hospital en el que dará apoyo a un grupo de matronas locales y ayudará en el millar de partos que hay cada mes, alrededor de 30 al día. "Son cifras muy altas para las matronas que hay en el lugar. La atención obstétrica es complicada en Yemen. Hay un índice de natalidad altísimo, con unas condiciones de mucha inseguridad. La mayoría de partos se realizan en casa, sin apenas condiciones higiénicas y sin acompañamiento profesional", afirma Rocío. En comparación, el Hospital Miguel Servet contabilizó algo más de 3.000 partos en todo 2020, una cifra que, en el caso de este hospital yemení, se superaría en solo tres meses. 

La escasez de medios en los centros sanitarios es una de los muchos problemas a los que se tienen que enfrentar los médicos que trabajan en el lugar día tras día. "La falta de medios en un país como este no se traduce en pérdida de calidad de vida, sino en coste real en personas. Por ejemplo, en mi hospital no hay Unidad de Cuidados Intensivos, lo que se traduce en un coste en vidas humanas", explica la matrona. 

Los últimos datos publicados por Amnistía Internacional contabilizan 24 millones de yemeníes con necesidad de ayuda humanitaria para sobrevivir, lo que equivale al 80% de su población. "El país se enfrenta a la amenaza inminente de una hambruna a gran escala y, desde junio de 2021, 16 millones de yemeníes sufren inseguridad alimentaria", informa la organización de derechos humanos. A esto se suma que el 50% de los ingresos hospitalarios de mujeres padecen desnutrición, un hecho que tiene repercusiones muy importantes tanto en la vida de la madre como en la del bebé. "Se podrían salvar muchas vidas si pudiéramos detectarlas a tiempo. Se ven casos en Yemen que yo no he visto nunca. Por ejemplo, no he visto ninguna eclampsia -aparición de convulsiones o coma durante el embarazo- en España, pero allí me han dicho mis compañeras que cada guardia tienen un par" afirma Rocío. 

Ahora, tras meses de trámites burocráticos en los que ha tenido que solicitar tres visados distintos para viajar al país árabe, cuenta los días que le quedan para coger el avión que le lleve hasta esta realidad tan distinta. Algo que ya hizo en otras ocasiones, cuando colaboró como voluntaria en distintos proyectos humanitarios ubicados en Perú y Marruecos. "Sé que siempre va a haber mucho más trabajo del que podamos hacer. Pero, al menos, el objetivo está en intentar cambiar la conciencia global para dejar de perpetuar estas situaciones".