La Ley de segunda oportunidad, un balón de oxígeno para los autónomos

La pandemia ha agravado la delicada situación que vive el sector de los autónomos que, en Aragón, ya ha perdido 17.000 trabajadores desde 2008 y ha visto cómo tres de cada diez profesionales quedaban atados a una deuda pese a renunciar a su labor, un millar específicamente a consecuencia de la crisis provocada por la COVID-19.

Frente a esta caída del negocio, que desde la Unión de Trabajadores Autónomos avisan que irá a peor ante la estimación de que más de 5.000 trabajadores aragoneses por cuenta propia se acogerán al concurso de acreedores antes de que acabe el año, la Ley de Segunda Oportunidad permite aliviar situaciones límite mediante la exoneración de la deuda o parte de ella. 

Es el caso de Silvia, autónoma que, junto a su marido, vio cómo la empresa de la que era avalista quebró, lo que le generó una deuda de 300.000 euros. Durante seis años ha luchado para salir del agujero. Gracias al apoyo de su familia y al nuevo texto legal, ha podido pagar la deuda y empezar de cero.

"Yo había días que le decía a mi marido, no puedo, no puedo más. Hubo un banco que nos metió un embargo en la casa y la sacaron a subasta. Fue el día más amargo de mi vida", rememora. La pareja recuerda que vivió seis años de miedo e incertidumbre. "Fueron seis años de llamadas, de burofaxes, seis años de escuchar el timbre y no abrir la puerta porque no sabías si era un burofax o era lo que era", asegura.

Desde la Unión de Trabajadores Autónomos, su secretario general, Álvaro Bajén, reclama más medios ante la avalancha que se avecina. "La cuestión está en que para nombrar mediadores no se están poniendo de acuerdo, para determinados supuestos, notarios y registradores mercantiles. Se debería abrir un juzgado especial mercantil para tramitar estas cuestiones", advierte.