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POLÍTICA

Sánchez defiende su giro en la posición sobre el Sáhara Occidental y ve ya resultados positivos

El presidente de España sigue sin recibir el apoyo de sus socios ni de la oposición y solo cuenta con el del PSOE

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su comparecencia este miércoles ante el pleno del Congreso. / Foto: EFE.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha defendido este miércoles ante el pleno de Congreso su giro en la posición sobre el Sáhara Occidental, que cree que está ya dando resultados positivos en la relación con Marruecos, pese a que sigue sin recibir el apoyo de sus socios ni de la oposición.

Solo el PSOE ha respaldado ese cambio de posición que avala la propuesta marroquí para lograr solucionar el conflicto, un asunto por el que ha tenido que comparecer Sánchez por segunda vez en sesión plenaria en la Cámara Baja.

Aunque la comparecencia era para tratar la cuestión marroquí y para informar también de la última reunión del Consejo Europeo, ha derivado en un cruce de acusaciones sobre la economía, el aumento del gasto militar o la prórroga del plan anticrisis por la guerra de Ucrania y para el que Sánchez ha pedido el apoyo de los grupos.

Sobre la relación con Marruecos ha podido comprobar de nuevo que ni los partidos de oposición ni sus socios de Unidas Podemos, ni sus aliados parlamentarios se suman a una decisión que han criticado, entre otros argumentos, por unilateral y por no tratar como se merece al pueblo saharaui.

Ese giro en la posición sobre el Sáhara al considerar que la propuesta marroquí es "la base más seria, creíble y realista" para resolver la situación, abrió la puerta a un viaje del presidente del Gobierno el pasado 7 de abril a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI. Con motivo de ese viaje se firmó una declaración conjunta que a su juicio ha provocado ya avances en la relación bilateral y el impulso de un nuevo tiempo en el que ha reconocido que aún queda mucho por hacer.

La recuperación de las conexiones marítimas, la apertura de fronteras en Ceuta y Melilla y la preparación de la Operación Paso del Estrecho ha citado como resultados concretos de la recuperación de la normalidad en las relaciones. Especial hincapié ha hecho en la repercusión del acuerdo en esas dos ciudades autónomas, de las que ha dicho que habló con el rey marroquí para trasladarle que la soberanía española sobre ambas "está fuera de toda duda".

"Nosotros no aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas porque son territorio español, europeo, internacionalmente reconocido (...), pero también hemos de entender que Marruecos merece la misma consideración cuando hablamos de los asuntos que a ellos les preocupan", ha añadido en alusión al Sáhara.

Respeta Sánchez que no se comparta su decisión, pero ha precisado que se engaña quien no reconozca que hay que desencallar un conflicto que dura ya demasiado tiempo. En cualquier caso, ha insistido en que la solución tendrá que venir de un acuerdo entre las partes y deberá satisfacer las condiciones marcadas por Naciones Unidas.

También ha afirmado que España no se desentiende de la causa del pueblo saharaui y que lo que hace es situar el debate "en la búsqueda activa de una solución política y mutuamente aceptable dentro del marco de Naciones Unidas", ha insistido.

Críticas de la oposición

Cuca Gamarra, portavoz del grupo popular, ha pedido a Sánchez que vuelva a una posición de "neutralidad activa" sobre el Sáhara en el marco de la solución negociada por las partes y ha preguntado de qué sirve el viraje si las aduanas con Marruecos siguen cerradas. Ha criticado además el "bandazo" y ha llamado la atención por las diferencias en el seno del Gobierno ante este asunto.

En su rechazo a la decisión de su socio de Ejecutivo, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, se ha mostrado convencido de que una rectificación permitiría situarse en la legalidad internacional y en los principios progresistas y, además, serviría para frenar a la ultraderecha. Para él, está claro que "Marruecos es una potencia agresora" y el Sáhara es "el pueblo agredido".

Por parte de Vox, su presidente, Santiago Abascal, ha avisado a Marruecos de que el cambio de posición sobre el Sáhara sólo compromete a Sánchez y ha pedido a ese país que "de una vez por todas" reconozca la soberanía de Ceuta y Melilla.

Socios de investidura como PNV y Bildu han acusado al presidente del Gobierno de haber abandonado a su suerte a los saharauis con un giro sobre el Sáhara que consideran un error por las consecuencias en las relaciones con Argelia.

En la relación con este país en medio de la crisis energética ha incidido la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Gabriel Rufián, de ERC, ha considerado por su parte que la decisión de Sánchez sólo supondrá que la gendarmería marroquí "dé palos" a quienes intentan llegar a España huyendo de la hambruna.