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PRIMER DÍA

Danza y música profesional, entre la pasión y el sacrificio

Cerca de 2.000 estudiantes cursan alguna disciplina artística en Aragón

ARAGÓN NOTICIAS /
Alumnas del Conservatorio de Danza. (Foto de Mai Ibargüen)
icono foto Alumnas del Conservatorio de Danza. (Foto de Mai Ibargüen)

"Voy a danza unas 20 horas semanales. Lo hago porque me gusta, pero es muy sacrificado. Te tiene que gustar mucho para poner tanta implicación". Lara González tiene 15 años y lleva desde los nueve estudiando danza. Actualmente, está en tercer curso del Conservatorio Profesional de Danza de Zaragoza, centro en el que este año se han matriculado un total de 168 alumnos. Dedica cuatro horas cada tarde a la danza clásica y las mañanas las pasa en el instituto, donde este año cursa 4º de ESO.

Como ella, cerca de dos mil estudiantes en Aragón ya han comenzado el curso académico de las enseñanzas artísticas, sumando las distintas disciplinas dependientes de los centros municipales (1.655 alumnos) y el Conservatorio Superior de Música de Aragón (273 jóvenes). En el caso de las enseñanzas superiores, las clases ya se iniciaron la semana pasada, y, este pasado lunes, arrancaron las elementales y profesionales.

Música, danza o diseño son algunos de los estudios que pueden cursarse en la Comunidad. Generalmente, los jóvenes que optan por estas disciplinas entregan entre cuatro y seis horas diarias a su pasión. Un tiempo que, en muchas ocasiones, restan a sus estudios ordinarios o a su vida personal. "Merece la pena porque me gusta mucho y disfruto", subraya Lara. 

Esta zaragozana cierra los libros del instituto para, a continuación, centrarse en las cuatro horas que le quedan por delante de entrega a la danza. "Este curso tenemos cinco asignaturas y cuatro horas de clase al día. Y algún sábado puntual, una de ellas suele ser salir a correr o hacer ejercicio físico".

Lara González (Foto de Mai Ibargüen)

¿Cómo se consigue llevar todo al día? Para esta joven quinceañera la organización es la clave: "No puedo hacer las extraescolares que hacen mis amigos porque no tengo tiempo. Los fines de semana es cuando aprovecho para estudiar, aunque eso supone que no puedo salir tanto". Y añade: "Si te organizas bien se puede llevar perfectamente el instituto y el conservatorio. No es mucho problema, aunque a veces te pierdas pequeñas cosas", concluye.

Una dedicación que no todo el mundo entiende. "A veces, amigos o familiares se sorprenden al comparar las horas que dedican otros compañeros a sus extraescolares y las que dedico yo, que son muchas más". A pesar de tener que dedicar un esfuerzo extra, Lara tiene claro que la danza es su pasión y se muestra tajante ante la idea de renunciar a ella. "Intentaré compaginar estudios y danza siempre", afirma.

Consciente de que el ballet cada vez le reclamará más tiempo, la zaragozana ha buscado ya posibles opciones para que todas las piezas encajen en su horario. "Me gustaría que la danza formara parte de mi futuro, pero lo malo es que los dos últimos años de conservatorio -le quedan tres- son  por la mañana. Eso me obligaría a cambiarme a un instituto que tenga las clases por la tarde", comenta. 

De momento, no es su primera opción, aunque no la descarta, ya que teme que de aplazar un par de años la danza, luego le cueste más retomar su estudio: "Me gustaría acabar el Conservatorio de seguido, porque si lo dejo luego me costará más volver y perdería mucho nivel", advierte. 

La oferta municipal de enseñanzas artísticas se completa con la Escuela de Música y Danza, que este año acoge a 1.152 alumnos, el Conservatorio Elemental de Música, en el que 276 reciben clases, y la Escuela de Teatro, con 59 jóvenes en formación. 

"Hay alumnos que dedican más de cinco horas diarias"

No solo la danza es exigente, la música no se queda atrás. En la Comunidad, 273 estudiantes de entre 18 y 23 años cursan desde esta semana estudios musicales en el Conservatorio Superior de Música de Aragón, ubicado en Zaragoza. Nueve de ellos lo hacen en la rama de composición, siete en la dirección y el resto, hasta 257, en alguno de los 23 itinerarios con los que cuenta la de interpretación. Como sucede con la danza, la música exige un gran compromiso y dedicación. 

"De media, los alumnos de piano, por ejemplo, dedican unas cinco horas diarias solo a la práctica del instrumento. Y aparte, deben estudiar las asignaturas teóricas de cada especialidad", explica Francisco Balsera, director del Conservatorio. 

Cada instrumento requiere de un tiempo de práctica específico, al que se suma el estudio de las asignaturas comunes: idiomas, historia de la música, análisis y educación auditiva. A estas hay que sumar los estudios propios de cada especialidad como improvisación, práctica artística, coro y música de cámara, entre otras. "No todos dedican cinco horas al día a practicar. Los alumnos de instrumentos de viento no pueden estar tanto tiempo por razones anatómicas, pero en el caso de cuerda, la práctica puede alargarse más", señala Balsera. 

Los estudiantes dedican más de la mitad de su día a asistir a clases al centro, a practicar y estudiar, pero también deben participar en talleres y proyectos anuales como la orquesta del Conservatorio o bandas de música contemporánea. "Es importante que participen en estas cosas porque así se fomenta el trabajo en equipo y la metodología del aprendizaje basado en proyectos", señala el director del Conservatorio, quien subraya que no solo los alumnos participan de estos cursos. Los profesores -unos 80- dedican parte de su tiempo a la investigación

Como en cualquier rama de estudios, en la música también hay familias con más demanda que otras. Es el caso de los instrumentos de orquesta, sobre todo cuerda y piano, que ocupan una gran parte de las matriculas del centro. También la percusión gana entre los músicos. Por contra, los instrumentos antiguos no son los más populares. "Dan más miedo porque son menos conocidos y están menos vistos, pero son preciosos y animamos a que la gente pruebe a estudiarlos", subraya el director del Conservatorio Superior de Música de Aragón.