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CAMBIO DE ESTACIÓN

Ruta por cinco enclaves imprescindibles para disfrutar del otoño en Aragón

Los tonos ocres tiñen los bosques de la Comunidad desde Ordesa hasta Albarracín, pasando por el Moncayo

ARAGÓN NOTICIAS /
Ganado pastando en una ladera de la Selva de Oza. / selvadeoza.es
icono foto Ganado pastando en una ladera de la Selva de Oza. / selvadeoza.es

La paleta de colores que combina tonos rojizos con amarillos y ocres empieza a despuntar en los bosques y montañas de AragónEl otoño astronómico comienza este viernes, 23 de septiembre, y con él llega el momento de cambio en las hojas. Un espectáculo que atrae a muchos visitantes y que es especialmente evocador en los bosques del Pirineo y Prepirineo oscense, en el Moncayo y en el entorno de la localidad turolense de Albarracín. Aragón Noticias propone una ruta por cinco enclaves imprescindibles para disfrutar del cambio de estación.

1. Selva de Oza

En el Parque Natural de los Valles Occidentales de la Jacetania se encuentra este paraje. Un entorno natural idóneo para deleitarse con el esplendor otoñal, especialmente visible en el camino que va hasta los meandros de Aguas Tuertas, atravesando el valle de Guarrinza. Hay, además, ocho recorridos, para todas las edades, que transitan entre los bosques de pinos, hayas y abetos

2. Parque Natural del Moncayo 

Por sus más de 11.000 hectáreas de riqueza vegetal y su cercanía a la ciudad de Zaragoza, el Moncayo es uno de los enclaves más visitados de la Comunidad para ver la transición entre el verano y el invierno. Los senderos que discurren por la montaña permiten al visitante disfrutar de los tonos ocres mientras pasea por los bosques de hayas de la cara norte del macizo. Además, con suerte, se pueden avistar jabalíes, corzos y aves rapaces que habitan en estos ecosistemas.

Parque Natural del Moncayo. / Foto: Europa Press

El Parque Natural se extiende a lo largo de nueve términos municipales de la provincia de Zaragoza, desde los que se puede contemplar el paso de los colores verdes a los marrones y amarillos. 

3. Pinares de Rodeno

Cerca de la localidad turolense de Albarracín se alzan imponentes bosques de pinos, que se entremezclan con grandes ejemplares de enebros, sauces y álamos. Una combinación perfecta para los amantes de la fotografía que quieran plasmar una imagen típica de esta estación. Numerosos senderos recorren la zona, como la ruta circular que discurre entre Tabernillas y la laguna de Bezas.

El valor de este espacio natural no solo es paisajístico, en él también se encuentran pinturas rupestres de estilo levantino. Estas fueron las primeras, junto con las de Altamira, en ser reconocidas como rupestres en España. Un motivo más para visitar este enclave natural.

4. Valle de Ordesa

Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido incluye un conjunto de cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta), que se extienden alrededor de Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa. En dicho marco se encuentra una de las explosiones de color más visitadas de Aragón. Antes de que lleguen las primeras heladas, todo el entorno se tiñe de ocres y tonos rojizos, dejando clara la llegada del otoño

Cañón de Añisclo. / Turismo de Aragón

Los visitantes pueden desplazarse hasta Torla, y dejar su vehículo en el aparcamiento de la pradera, desde donde parten varias rutas senderistas, entre las que se encuentra una de las más conocidas, la que desemboca en la cascada de la Cola de Caballo

5. Chopos cabeceros del Alto Alfambra

El cultivo tradicional del chopo cabecero es ejemplo de tradición entre las poblaciones cercanas a los ríos Alfambra, Pancrudo y Jiloca. Esta especie está catalogada como árbol singular de Aragón. Muchos de ellos, que llegan a alcanzar grandes dimensiones, pueden admirarse en algunos tramos del GR199 o 'Ruta de los Chopos Cabeceros del Alfambra', como el que une Gúdar con Val de Motorritas.