Rusia ha destruido el 40% de la infraestructura eléctrica de Ucrania desde mediados de octubre

Más de un millar de drones y misiles han sido disparados desde mediados de octubre, cuando comenzó una ofensiva que ha destruido el 40% de la infraestructura energética del país. El último ataque con drones se ha producido este sábado en la ciudad de Odessa, que ha quedado sin electricidad. 

El frío invierno puede ser un aliado del frente ucraniano, pero se convierte en un infierno para los civiles. Las bajas temperaturas favorecen habitualmente al bando que defiende su territorio, pero en cambio atenaza a la población civil, que sufre la falta de electricidad y calefacción debido a los bombardeos rusos. "Más de 1,5 millones de personas se han quedado sin electricidad en Odesa", asegura el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

En Kiev, poco a poco está volviendo el suministro en las calles, pero los continuos cortes de luz hace que profesionales como Konstantin, que se encarga de rescatar a quienes se quedan atrapados en los ascensores, no paren de trabajar.

Mariúpol, ciudad bajo control ruso, es un triste ejemplo de los efectos de las hostilidades. Hasta el 70% de las viviendas fueron destruidas, alrededor de 5.000 civiles murieron en los enfrentamientos y cientos de tumbas sin nombre invaden la ciudad.