'Rural street art' o... un mural en el corral del tío Tomás

El arte callejero, en forma de murales o grafitis, es más que habitual en las ciudades, pero no solo es un patrimonio exclusivo de las urbes. Este 'street art' también se encuentra en pueblos pequeños. Verdaderas obras de arte que sorprenden a la vuelta de la esquina y que los convierten en auténticos museos al aire libre. 

Pueden ubicarse en la pared de la conocida casa de la abuela, o en el corral del tío Tomás. En muchos casos se erigen en la localidad menos esperada. No obstante, en Aragón se puede encontrar en las tres provincias, por eso en este artículo queremos dar una pequeña pincelada de este arte urbano que ha aterrizado en el entorno rural y parece que ya ha echado raíces.

Abarca todo tipo de temáticas, desde las más tradicionales como la labranza, bailes regionales o animales fantásticos pero 'muy aragoneses' -como el dragón-, hasta la representación de rostros conocidos a nivel mundial como Nelson Maldena. Es el 'rural street art, que se convierte además en un revulsivo para el turismo.

Un ejemplo de que esta disciplina artística que ha venido para quedarse es la localidad de Alfamén, en la provincia de Zaragoza, que es ya un claro referente. Sus murales, fruto del Festival Asalto, han transformado sus calles y plazas. Durante unos día,s cada artista se 'empapa' del sentir del pueblo que a través de sus habitantes generan murales sorprendentes. Tal y como lo definen sus organizadores, es un “proyecto artístico pausado en base a la convivencia y la empatía”.

Almonacid de la Cuba, situado en la comarca Campo de Belchite, ofrece una serie de pinturas murales que decoran las fachadas y los tapiales de la localidad. Las materias elegidas son diversas y en su mayoría ligadas al entorno rural, la fauna de la zona y sus orígenes romanos. Llama la atención el colorido repintado de algunas paredes, así como el dibujo de un jotera asomándose a un balcón, todos ellos obra Jesús Fernando Barranco, vecino de la localidad. 

Mural representando a una jotera asomada a un balcón en Almonacid de la Cuba.

Dar un nuevo significado a espacios que pasan desapercibidos es el objetivo del proyecto de pintados artísticos de murales que puede observarse en Caspe, Zaragoza. Obra de la artista local Lorena Villegas, mientras que la ejecución es de los pintores caspolinos Marco Antonio Galindo y Samuel Cirac, cada uno muestra ilustraciones llamativas, como la ubicada en la plaza del Estatuto de Aragón: un gran dragón que en lugar de escupir fuego, proyecta la bandera de Aragón.

La obra 'Mi tierra es un dragón' se encuentra en la plaza Estatuto de Aragón de Caspe. (Ayto. de Caspe)

A escasos 30 kilómetros de la capital zaragozana, en Jaulín, Miguel de Latorre, conocido como Mig.L H.cuar, da una nueva interpretación a los tradicionales y costosos trabajos de la siembra, labranza y cosecha. Un mural de grandes dimensiones (50 x 2,3 metros) que puede verse en el muro exterior de las escuelas de la localidad. Una composición colorida que combina elementos geométricos y abstractos pintados con spray. 

Herramientas antiguas y actuales del mundo agrario interpretadas por @h.cu4.r.

En el mapa del arte callejero también se sitúa Torrellas, en Zaragoza. Sin llegar a los 300 habitantes, el concurso ‘Arte en la calle’ le ha aportado una nueva imagen renovada y diferente. De la mano del artista Ángel Caballero, conocido como Xolaka, sus obras transmiten un mensaje de multicultural. Sus retratos de ancianos, niños o personajes famosos como Nelson Madela son ya un foco de atracción de un turismo de calidad.

Retrato de Nelson Madela en Torrellas, Zaragoza.

Desde hace unos años, Fuendetodos ha apostado también por el arte urbano. Calles y plazas lucen imágenes goyescas en honor el genial pintor. Aquí, el festival Asalto hizo una especial contribución con la que consiguió potenciar la conexión de lo artístico y lo pictórico del municipio, con la especial jerga que caracteriza al arte urbano. Múltiples artistas tomaron como inspiración el pueblo y su entorno, su iconografía rural o las tradicionales locales con un resultado que sorprende a los turistas. 

El rostro de una anciana en la puerta de una cochera en Fuendetodos.

La comarca Campo del Campo de Borja es otro ejemplo que ha realizado una apuesta firme por la pintura mural. Con un hilo conductor centrado en la propia comarca y aspectos de su cultura e idiosincrasia, los 18 municipios que la conforman se han animado a formar parte de este proyecto. Es el caso de Ambel, donde la artista Julia Nada basó su obra en el Dance de Ambel, uno de los más antiguos de los que se tiene constancia.

Las Encinas Gemelas a la entrada de Ambel realizadas por Julia Nada. (Campo de Borja)

El ‘Concurso de arte urbano’ del municipio de Binéfar sigue “maquillando la cara” de las zonas más degradadas de esta localidad oscense ubicada en la Comarca de la Litera. Un certamen organizado por iniciativa de la concejalía de Juventud del Consistorio desde hace tres años, y que da cabida a diferentes técnicas y artistas llegados de distintos puntos del país, que plasman su particulares reflexiones sobre la sociedad actual.

Obra Anna Repullo en las conocidas "escaleretas" del municipio de Binéfar. (Ayto. de Binéfar)

En la provincia de Teruel es curioso el particular homenaje al mundo minero que se ubica el municipio de Escucha. La Asociación Cultural para la conservación del Patrimonio Minero de Escucha (A.C.C.P.M.E) apostó por el arte urbano como herramienta para la promoción y cultura. El resultado, un mural obra de Hugo Casanova que cubre una fachada de 11 metros por 10 metros. La obra plasma el “espíritu minero” y está protagonizado por tres mineros con la mina de Lancis en el fondo, la la última mina cerrada del lugar. Incluye además a una mujer, como símbolo de apoyo. 

Mineros y una mujer como homenaje al oficio que fue clave en Escucha, la minería. (Hugo Casanova)