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EN LAS TRES CAPITALES

Ruido: las quejas entre vecinos y la hostelería están detrás de las 513 denuncias de 2021 en Aragón

El 81% de los requerimientos del pasado año fueron en Zaragoza, donde asociaciones como Stop Ruidos urgen una nueva normativa. Los hosteleros piden que se sancione a la persona que molesta y no al local

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Dos agentes de la Policía Local de Zaragoza en el Casco Histórico de la ciudad. / Europa Press

El tráfico, el camión de la basura, los clientes de la terraza de un bar, los ladridos de un perro, la música del vecino, etc. La contaminación acústica es una realidad y solo el año pasado se interpusieron 531 denuncias por ruido entre las tres capitales de provincia. Según los datos facilitados por cada uno de los ayuntamientos, en 2021 se registraron 432 quejas de este tipo en Zaragoza (el 81% del total), 95 en Huesca y cuatro en Teruel. El bullicio de las terrazas de los establecimientos de hostelería y las quejas entre vecinos copan la mayoría de los requerimientos a la Policía Local en los que se rebasan los decibelios permitidos.

Cada consistorio tiene su propia legislación en materia de ruido, pero en algunos casos se trata de normativa desfasada, según denuncian asociaciones como Stop Ruido. En el caso de la capital aragonesa, el Consistorio trabaja en una nueva ordenanza del ruido que defina un mapa de contaminación acústica de la ciudad, ya que el actual ha quedado obsoleto y contempla zonas conflictivas que ya no lo son y deja fuera otras donde sí hay molestias. Tal y como explican fuentes municipales, antes de la pandemia se trabajaba ya en este tema, pero después hubo cambios de usos, hábitos y paradigmas. No obstante, las reuniones entre los grupos municipales para la actualización de esta ordenanza ya se han retomado. 

"Las denuncias son fundamentalmente por ruido en interior de domicilios o establecimientos públicos, locales de ocio y bares", detalla Juan Valentín Sánchez, portavoz de la Policía Local de Zaragoza. Cuando hay un aviso, se envía a una patrulla con un sonómetro que cumple unas condiciones de homologación y se toman las mediciones del lugar donde se causan las molestias. "Si superan los niveles de ruido, es decir si hay infracción, se hace acta de constancia y un boletín de denuncia", añade. Los agentes utilizan las herramientas de las que disponen y la normativa que existe en el momento. Con esto, atendemos a los ciudadanos lo mejor que podemos y lo más rápido posible", añade el agente.

Los instrumentos musicales o los animales de compañía están entre las principales causas de fricción en la relación vecinal. El sonómetro no miente y su medición es la que señala si se está incumpliendo la normativa o si, por el contrario, el ruido está dentro de los niveles permitidos. No obstante, antes de interponer una denuncia, señalan fuentes de la Policía Local de Zaragoza, recomiendan optar por la vía del diálogo y ponerse de acuerdo entre particulares. Una fórmula que, tal y como indican los agentes, suele funcionar. 

Verano y veladores, una pesadilla para los vecinos

Otro de los caballos de batalla en materia de ruido es el ocio nocturno y la hostelería. Solo en Zaragoza hay registradas 1.800 solicitudes para instalar veladores. Una cifra que está lejos de la que se registraba el pasado año, cuando el Ayuntamiento dio luz verde a 2.400 terrazas. No obstante, tal y como señalan fuentes del Consistorio zaragozano, "no conviene criminalizar a todo un sector y a miles de trabajadores y empresarios por casos puntuales".

Los gritos, la voz elevada o el arrastre del mobiliario causan estragos entre los vecinos de zonas como el Casco Histórico de la capital, quienes recuerdan su derecho al descanso. "En el Casco Histórico, la gente está atacada de los nervios porque se acerca el verano y la ocupación de la calle por bares y gente genera problemas", señala Miguel Morte, portavoz de la Asociación Stop Ruidos. 

La entidad señala como áreas afectadas por el ruido en Zaragoza a la zona Centro, al paseo de la Constitución, la avenida de Cesáreo Alierta, la plaza San Francisco y el propio Casco Histórico. 

Imagen de archivo de una terraza. / Europa Press.

Como solución a esas molestias, desde la asociación proponen la instalación de sonómetros en las calles más problemáticas. Unos aparatos que el pasado año la Policía utilizó en 193 establecimientos para cerciorarse de que se cumplían las limitaciones de decibelios

Con todo, vecinos y entidades se muestran favorables a que la hostelería permanezca en las calles, pero reduciendo su presencia. "Hay que quitar mesas y terrazas. No todas, ni mucho menos, pero el volumen de mesas hay que rebajarlo en la calle", indica Miguel Morte, quien se muestra partidario de que las sanciones las reciban directamente las personas que generan las molestias y no los locales.

Esta misma idea también la comparten desde el sector hostelero. La Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza se postula a favor, pero recuerda que en las ciudades debe haber comercios y hostelería. "Tenemos una actitud muy dialogante. Es falso ese debate de bares contra vecinos. La problemática está más en el comportamiento individual", apunta Luis Carlos Femia, gerente de la asociación que agrupa a los hosteleros.