El Rastrillo Aragón regresa con ilusión renovada a la capital aragonesa
Este evento, organizado por la Fundación Federico Ozanam, estará en la Sala Multiusos del Auditorio hasta el 1 de noviembre


El rastrillo de la Fundación Federico Ozanam ha vuelto a abrir sus puertas este viernes tras un año de parón por la pandemia de COVID-19. Era la primera vez que se suspendía desde 1987. Estará en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza del 22 de octubre al 1 de noviembre en horario de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas. Contará con menos puestos y el cierre del restaurante, pero más amplitud en los pasillos que en ediciones anteriores.
En la inauguración, el presidente de la fundación, Fernando Galdámez, se ha mostrado satisfecho de poder volver a celebrar el Rastrillo: "Contamos con la ilusión de todos los amigos. Es importante la labor de la fundación hacia las personas más desprotegidas y es importante que nos acordemos de ellas". La consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto, ha destacado el hecho de que el evento vuelva a realizarse y ha hecho un llamamiento para que este evento sea una muestra de la vuelta a la normalidad pero también de que "somos una sociedad justa, igualitaria y comprometida con quienes más lo necesitan". Por su parte, el alcalde Jorge Azcón,
Este evento, uno de los más importantes que se desarrollan en la capital aragonesa, regresa con fuerza e ilusión renovada. "Somos optimistas, hoy tengo sensaciones más positivas de las que tenía hace 15 días. Hemos tenido una respuesta muy positiva", aseguraba el presidente de la fundación, Fernando Galdámez, en una entrevista en 'Despierta Aragón' cuando se le preguntaba por la acogida que está teniendo hasta el momento el rastrillo este 2021.
Regreso tras un año que no fue en blanco
El año pasado, no se pudo realizar de forma presencial lo que supuso un importante déficit para la entidad. “No conseguimos los fondos que recaudamos en el rastrillo y que sirven para financiar la fundación, lo cual nos dio pérdidas. En segundo lugar, perdimos la movilización social de voluntarios de Zaragoza, que también es importante para nosotros. Además, Zaragoza perdió un evento y la fundación perdió notoriedad, porque es el acontecimiento que a lo largo del año más notoriedad da en Zaragoza”, explicaba Galdámez.
Sin embargo, gracias a la campaña "El Rastrillo se queda en casa" que pusieron en marcha, fueron capaces de conseguir "algunos donativos extraordinarios, un poco menos de 80.000 euros" para seguir ayudando a los que más lo necesitaban. Según el presidente, "las necesidades de las familias que acuden a nosotros pidiendo apoyo han crecido de una forma muy importante. La pandemia ha tenido unas consecuencias económicas en los más vulnerables muy importantes. Hemos tenido que dedicar muchos recursos a cubrir la brecha digital y muchas cosas que en la vida normal no se ponían de manifiesto".
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