Publicidad
MEDIO AMBIENTE

Nubes de miles de estorninos: un espectáculo visual, pero también un problema de salubridad y limpieza

Los ayuntamientos afectados por la suciedad de estas aves llevan a cabo diversas actuaciones para controlar su población

ARAGÓN NOTICIAS /
Una nube negra de estorninos sobrevuela el convento de Santa Ana, en el entorno de la puerta del Carmen. / Ayuntamiento de Zaragoza
icono foto Una nube negra de estorninos sobrevuela el convento de Santa Ana, en el entorno de la puerta del Carmen. / Ayuntamiento de Zaragoza

Es todo un espectáculo visual, pero también un importante problema de salubridad y limpieza en diferentes localidades aragonesas. Los estorninos forman unas nubes negras que surcan los cielos al atardecer, ya que a la ciudad solo van a dormir. Miles de estas aves vienen a España en invierno cada año para resguardarse del frío del norte de Europa. Su censo varía en función del año y del lugar y obliga a llevar a cabo actuaciones con el fin de controlar y estabilizar su población.

Huesca llegó a contabilizar el pasado diciembre unos 16.000 estorninos y ahora hay unos 4.000, según datos facilitados por el Ayuntamiento de la ciudad altoaragonesa. Los dormideros principales están en el parque Miguel Servet, el pinar del Hospital Provincial y en la rotonda del mulo, un dormidero alternativo que las aves han 'estrenado' esta campaña.

El Ayuntamiento de Huesca se ve obligado a realizar un control de los asentamientos de estorninos durante los periodos de migración. En los últimos años, los dormideros en los parques urbanos causan "considerables molestias de salubridad y limpieza", añaden fuentes del Consistorio oscense, que insisten en que el problema se ha ido incrementando debido a dos factores: la temperatura de los parques y jardines de la ciudad y el hecho de que consigan alimento de gran calidad y sin esfuerzo en las granjas y campos de alrededor de la ciudad. 

Cohetes y bengalas para controlar la población

Desde el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento oscense trabajan desde hace años en la solución a este problema llevando a cabo actuaciones para controlar y estabilizar la población de estas aves. Lo hacen con disparos de cohetes que tienen lugar los martes, miércoles y jueves en horario previo al atardecer. "En los últimos cinco años se lanzan entre cuatro y 12 cohetes en cada uno de los dos principales focos: parque Miguel Servet y parque del Encuentro", explican fuentes municipales. Además, también utilizan bengalas 'cracker'. Según detallan, las medidas han surtido efecto, ya que hace años se llegó a superar los 100.000 ejemplares. 

En el caso de Zaragoza, hay varios dormideros localizados, aunque la gran mayoría están ubicados en parques urbanos como el de Delicias, el de Castillo Palomar o el de José Antonio Labordeta. Además, hay algunos pequeños núcleos cerca de la puerta del Carmen y en algunos árboles donde se concentran. Para José Antonio Pinzolas, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, "las estimaciones indican que habrá miles de ejemplares, pero resulta imposible establecer una cifra concreta". 

Una sincronía perfecta 

Lo estorninos, asegura, "no interfieren para nada en el equilibrio de otras especies y únicamente incordian al ser humano por la suciedad que generan". Además, "resulta un espectáculo verlos volar en sincronía perfecta -y añade-. Se despliegan en el aire a centímetros de distancia unos de otros y se mueven y giran todos a la vez sin chocar. Es una suerte poder verlos en la ciudad". "Lo que sí está estudiada es la compenetración de los estorninos en su coreografía. Vuelan unos escasos centímetros de otros porque ven todo lo que tienen a su alrededor", añade Pinzolas. 

Tal y como explica Luis Tirado, delegado de Seo BirdLife en Aragón, hay dos especies de estorninos en Aragón: el negro y el pinto. "Son muy sociables y muy complejos. Eso implica una variedad de sonidos enorme por la que se comunican entre ellos. Son imitadores de otras aves. Tienen un canto fuerte. Imitan a otras aves y la gente piensa que se escucha otro tipo de aves, como cernícalos", añade Tirado. 

El estornino negro está todo el año y el pinto, solo en invierno. La mayoría de los pintos que vienen a la Comunidad son franceses o belgas, donde crían. El momento más espectacular en el que se concentran es con las últimas horas de luz, a la llegada a sus dormideros. "Hacen una especie de baile para despistar a los depredadores. Tienen una compleja vida social y se tienen que entender entre ellos para ver quién se posa en las mejores ramas, la que hace más calor, la más segura... Entre ellos hay una especie de jerarquía", añade el especialista. Este asegura que en Aragón hay cientos de miles, pero no están contabilizados